Israel inicia hoy una etapa política sin precedentes después de que dos candidatos fracasaran en la formación de Gobierno, y ahora el Parlamento (Knéset) tiene el último intento para evitar unas terceras elecciones con la sombra de la acusación de Benjamín Netanyahu en tres casos de corrupción.
«No nos engañemos: esta política de perturbación debe acabar», declaró en tono severo el presidente, Reuvén Rivlin, que calificó la situación actual de «miserable» tras entregar este jueves el mandato a la Cámara. Esta tendrá desde hoy 21 días para designar a un candidato a formar Gobierno después del fracaso de Netanyahu y del centrista Benny Gantz, que este miércoles devolvió el encargo al jefe de Estado.
Rivlin instó a buscar una coalición «que pueda gobernar» con sentido de «soberanía» y «responsabilidad», y a partir de ahora, los 120 diputados del Parlamento tienen de margen hasta el 11 de diciembre para escoger a uno de sus miembros, que con el apoyo de 61 diputados, podrá obtener 14 días adicionales para retomar la tarea de formar Ejecutivo en un último intento para evitar comicios.
UN CAMINO INCIERTO
Este proceso, inédito en la historia de Israel, supone un camino incierto que podría desbloquear la situación política, pero los analistas son pesimistas.
«Lo más probable es que no pase nada, porque los dos principales líderes que intentaron formar gobierno fracasaron», comenta Gideón Rahat, profesor de Ciencia Política y miembro del Instituto para la Democracia de Israel.
En su opinión, la incapacidad de Gantz para lograr Ejecutivo y la de Netanyahu, que fracasó en un intento anterior, hacen difícil que surja un tercer candidato de consenso para reducir la división, e incluso el mismo líder centrista o el primer ministro en funciones podrían ser designados para ser candidatos de nuevo.
OPCIONES ABIERTAS
Alcanzar un Gobierno de unidad -como piden el presidente o el nacionalista secular Avigdor Liberman- aún sería posible, pero según Rahat será difícil que la coalición Azul y Blanco (Kajol Laván) de Gantz y el partido Likud de Netanyahu se pongan de acuerdo tras no haber acercado posturas estos últimos meses.
Otra opción, podría ser que algunos diputados del Likud se convirtieran en tránsfugas para facilitar un gobierno de Azul y Blanco con los partidos de centro-izquierda, o que sucediera lo mismo entre miembros de la coalición centrista para dar apoyo al bloque derechista, pero se trata de una opción «que parece poco lógica al no haber pasado ya», matiza Rahat.
La alternativa de que Avigdor Liberman, con los ocho escaños de su Israel Nuestro Hogar (Israel Beitenu), apoye a Gantz o a Netanyahu, por separado, también fue descartada este miércoles y el nacionalista laico dijo que solo apoyaría un Ejecutivo unitario.
LAS ACUSACIONES CONTRA NETANYAHU
El fiscal general del Estado, Avijai Mandelblit, se pronunciará esta tarde sobre si acusa o no formalmente a Netanyahu de fraude, abuso de confianza y cohecho, decisión que también influirá en el periodo de 21 días que comienza hoy.
A la espera del anuncio formal, Netanyahu reforzaría su posición actual si no fuera acusado, pero, de serlo, esto afectará su legitimidad para seguir negociando en este periodo un Ejecutivo liderado por él o las posibilidades de presentarse como candidato en una repetición electoral.
Israel entra con todo en una incertidumbre política que podría desembocar en nuevas elecciones en marzo, que serían las terceras en lo que va de año. EFE y Aurora