Chile registró este martes una nueva ola de movilizaciones y protestas, en medio de una huelga general que paralizó las actividades en la mayor parte del país.
Los medios de prensa reportaron que hasta entrada la noche continuaban los actos de violencia, saqueos y un incendio en una iglesia.
La huelga fue convocada por trabajadores del sector público, estudiantes y otras organizaciones gremiales, quienes garantizaron que no se afectarían sectores como la producción y suministro de combustible.
El día comenzó con una gran manifestación en Santiago en demanda de cambios profundos al modelo económico y político existentes en el país.
En la tarde, miles de personas volvieron a reunirse en el centro neurálgico de la ciudad. Al final de la jornada, muchos seguían concentrados en la Plaza Italia iluminando el lugar con celulares y láseres verdes.
El subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, reconoció algunos impactos en los servicios públicos por el llamado a huelga y dijo que las marchas convocadas fueron mayormente pacíficas aunque con algunos choques con las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, en la jornada se registraron saqueos en restaurantes y comercios, mientras que la policía disolvió con agua y gases lacrimógenos una multitudinaria marcha que transitó frente al palacio de gobierno de La Moneda, en el centro de la ciudad.
En el vecino puerto de Valparaíso, el Congreso suspendió sus actividades y hubo un paro del transporte público y privado al que se sumó el metro que une la ciudad con el balneario de Viña del Mar y otras urbes.
En las inmediaciones de la sede legislativa encapuchados lanzaron piedras y levantaron barricadas, en incidentes que luego derivaron en saqueos.
A pesar de que el gobierno ha tomado algunas medidas para calmar la crisis y prometido avanzar en un cambio constitucional, los manifestantes no parecen satisfechos y demandan reformas estructurales.
Las manifestaciones comenzaron por un alza en el precio del transporte, pero se ampliaron a demandas de más equidad en salud, educación, pensiones, entre otros, en una de las economías más estables de América Latina, pero que tiene altos índices de desigualdad.
La jornada del martes fue la número 26 de movilizaciones en Chile, que han dejado 20 muertos y miles de heridos, y afectado al comercio y el turismo.