Luego de cinco días de incertidumbre, denuncias de fraude y varios anuncios de victorias, el Tribunal Supremo de Justicia (TSE) de Bolivia dio como ganador de las elecciones nacionales al actual presidente Evo Morales, descartando así la celebración una segunda vuelta.
El cómputo final publicado este viernes confirma la victoria del líder del Movimiento al Socialismo (MAS) con el 47,08% de los votos frente al 36,51 del opositor Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana.
Esta diferencia del 10,57% es suficiente para que Morales venza en primera vuelta con tan solo un 0,57 de margen, ya que la autoridad electoral exige que un candidato debe tener el 50% de los votos más uno o el 40 con 10 puntos de ventaja sobre el segundo para ganar.
Tras denuncias de fraude y la recomendación de organismos internacionales de que se celebrara una segunda vuelta de cualquier modo, el TSE dijo que acepta una auditoría sobre el recuento de votos para despejar las dudas.
La presidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Choque, expresó que, ante la «situación crítica» generada por las denuncias de fraude desde la oposición boliviana, el TSE se pone a disposición para someterse a un recuento de votos supervisado por organismos como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE), que son partidarios de esa auditoría.
Las sospechas de fraude surgieron por la interrupción de la transmisión de resultados parciales entre el domingo y el lunes que, hasta ese momento, apuntaban a una segunda vuelta entre Morales y Mesa.
Cuando el servicio fue reanudado, los resultados daban el triunfo a Morales en primera ronda.
«Solución positiva»
Ante la gran cantidad de críticas, el canciller de Bolivia, Diego Pary, comunicó esta semana al secretario general de la OEA, Luis Almagro, que está conforme con que se haga una auditoría de todo el proceso electoral aunque no aclaró si se aceptará que sus resultados sean vinculantes, como reclama el organismo.
«Nosotros apoyamos plenamente la auditoría. Estamos a disposición de la OEA en caso de que necesiten algún tipo de experiencia que podamos ofrecer», señaló este viernes el secretario general de la ONU, António Guterres, quien se mostró confiado en que esta iniciativa conduzca a una «solución positiva».
Por su parte, Evo Morales invitó este viernes a la comunidad internacional y a la oposición en Bolivia a recontar «voto por voto» para que demuestren si hubo fraude electoral.
«Sean gobiernos, sean instituciones, organismos internacionales, ellos tienen la obligación de respetar nuestra Constitución, la voluntad pueblo boliviano», advirtió el mandatario durante un acto en la región central de Cochabamba.
Morales subrayó que «si tienen algunas dudas, bienvenidos, (..) que empiecen la auditoría, el conteo voto por voto».
El presidente reiteró su disposición a ir a una segunda vuelta si se demostrara un fraude, en la que confía ganar por «paliza», pero subrayó que «aquí hay un ganador en la primer vuelta».
Mientras tanto, el líder opositor Carlos Mesa declaró este viernes al canal de noticias Unitel que «el gobierno está despreciando el voto popular, el gobierno está despreciando las gigantescas movilizaciones en todos los departamentos del país (… y) un paro indefinido que se cumple rigurosamente».
Protestas y disturbios
Desde el domingo, día en el que se celebraron las elecciones, en las calles de Bolivia se desarrollan manifestaciones pacíficas a favor y en contra de Morales, así como diversos disturbios y episodios de violencia.
Los conflictos comenzaron después de que el domingo el TSE suspendiera el conteo veloz de las actas de votación cuando el recuento era del 83%.
En ese momento, Morales obtenía el 45% de los votos mientras Mesa alcanzaba el 38%, lo que obligaba a la realización de una segunda vuelta.
Pero 23 horas después, la entidad electoral anunció nuevos resultados con más del 95% de votos escrutados, otorgando entonces a Morales la ventaja de más de 10 puntos necesaria para triunfar en primera vuelta.
Es por ello que el TSE ha sido duramente cuestionado por la oposición y por organismos internacionales como la OEA, lo cual se vio agravado por la renuncia de Antonio Costas, vicepresidente del TSE, ese martes.
Costas dijo que suspender la difusión de las cifras preliminares había «desacreditado todo el proceso electoral, causando una convulsión social innecesaria».
fuente:bbcmundo