Violencia, Chile espera consecuencia económica de protestas

La ola de protestas que ha sacudido a Chile desde hace una semana ha traído la ordenanza de un tercer día de toque de queda, según anunció este lunes el general Javier Iturriaga, a cargo de la autoridad militar en Santiago.

«Necesitamos nuevamente decretar toque de queda, el que regirá para toda la región Metropolitana» donde está Santiago (la capital)”, explicó Iturriaga citado por Reuters.

Según el militar, la medida está basada en que aún hay grupos «vandálicos» provocando actos de violencia.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos informó que desde el inicio del estallido social en Chile, hace cuatro días, 1.333 personas fueron detenidas y 37 heridos por armas de fuego.

El ministro de Hacienda chileno, Felipe Larraín, dijo el lunes que las protestas que recrudecieron el fin de semana tendrán un efecto «significativo» en la economía del mayor productor de cobre del mundo, que se ha desacelerado.

Santiago y otras ciudades del norte y sur del país registraron masivas protestas el fin de semana, que en muchos casos dejaron severos destrozos materiales, incendios y saqueos y al menos 11 muertos en la capital, según cifras oficiales.

Hacía 30 años, cuando gobernaba el dictador Augusto Pinochet (1973-1990), que el país austral no se veía bajo un estado de toque de queda.

Piñera había dado marcha atrás el sábado en la medida que detonó las protestas -un alza del precio del transporte subterráneo-, pero los manifestantes dieron cuenta en sus pancartas y gritos de una serie de demandas de larga data sobre pensiones, salud y educación pública.

«Indudablemente esto va a tener un efecto en la economía», dijo Larraín en una rueda de prensa junto al presidente del Banco Central, Mario Marcel.

El ministro dijo esperar que con «el trabajo conjunto de todos» se pueda reducir ese impacto, «pero va a ser un efecto significativo».

Larraín agregó que estaba asegurada la provisión de efectivo para la población y que la red de cajeros automáticos funcionaba casi completamente.

Por su parte, Marcel dijo que la ola de protestas «es un evento reciente, tenemos que estimar el impacto», y añadió que por ahora el Banco no ha considerado necesario adoptar medidas adicionales para mantener la operación del mercado financiero.

A pesar del freno policial, miles de manifestantes salían el lunes nuevamente a las calles en Chile, tras un saldo de 11 muertos en los choques con la policía y que el presidente Sebastián Piñera atribuyó a «un enemigo poderoso».

Ante el estallido de violencia, Naciones Unidas llamó al diálogo y a investigar de forma independiente las muertes y las denuncias de abusos policiales.

Los disturbios de fin de semana recabaron la presencia de unos 8.000 soldados. El saqueo al Metro de Santiago, comercios y vehículos produjo largas filas en gasolineras y supermercados, aunque sobre el mediodía algunos mercados municipales operaban con mayor normalidad que el fin de semana.

«Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, incluso cuando significa pérdida de vidas humanas», dijo tarde el domingo Piñera en referencia a los actos vandálicos.

(Con información de la agencia Reuters)

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