El comité de Relaciones Exteriores del senado de Estados Unidos, evaluó el miércoles el impacto que tendría en la región centroamericana, específicamente en el Triángulo del Norte, el recorte a la ayuda económica brindada en los últimos años, según las intenciones de la administración Trump.
La exposición fue realizada por miembros de organizaciones del gobierno estadounidense y otras civiles que explican los logros alcanzados y qué retos faltan por cumplir, incluyendo el combate a la corrupción, narcotráfico y la pobreza que ha obligado a millones de centroamericanos a salir de sus países, principalmente a EE.UU.
Una de las preocupaciones de los senadores es cómo impactaría este recorte en los flujos migratorios, ya que uno de los motivos principales por migrar es la falta de oportunidades para prosperar económicamente y que está obviamente ligado a la falta de empleos.
Este punto fue mencionado por el ex embajador de Estados Unidos ante Guatemala, Stephen McFarland, uno de los expositores que habló sobre las posibles consecuencias de este recorte, aseguró ante el comité que en los tres países existe un brecha que crece, cada año, entre el número de empleos creados y las personas desempleadas.
«En Guatemala, por ejemplo, la economía formal puede absorber alrededor del 30% de las personas que ingresan al mercado laboral. Además, los salarios son extremadamente bajos y los gobiernos tienen pocos recursos para intervenir», dijo McFarland.
Dijo también que Guatemala, por ejemplo, tiene una relación entre los impuestos y PIB de alrededor del 10%, el segundo más bajo en el hemisferio. Los sectores privados formales carecen de incentivos o enfrentan obstáculos para generar más empleos y mejor remunerados.
La emigración a los Estados Unidos sirve como una «válvula de alivio de presión» que también proporciona un estimado de $8 mil millones cada año en remesas a Guatemala. «La emigración no es un defecto en el sistema económico sino más bien un parte importante e integral de la misma», aseguró.
Asimismo, se refirió a la corrupción que ha manchado los gobiernos centroamericanos, involucrando a muchos expresidentes de los tres países, varios de ellos presos tras comprobarles su participación en estos actos.
«En mi opinión, la decisión del presidente Trump de cortar la asistencia de Estados Unidos para presionar a los países del Triángulo del Norte para reducir la migración trabaja en contra de Trump», aseguró el diplomático, ya que la asistencia de EE. UU., agrega, ayuda en muchas áreas que mejoran las posibilidades para los centroamericanos decidan quedarse.
Aseguró también a los congresistas que las políticas de Estados Unidos siempre han sido de impacto positivo cuando cuentan con el apoyo de los partidos demócrata y republicano.
Una de las razones por las que las que el presidente Donald Trump solicita la reducción en la ayuda es debido a los recientes aumentos de migrantes que han llegado a la frontera sur de Estados Unidos, causando una crisis humanitaria que ha impactado a México también.
En una carrera por reducir estos flujos, la Casa Blanca ha firmado distintos acuerdos con los países del Triángulo del Norte y México, para que se conviertan en terceros países seguros para los que intentan solicitar asilo a Estados Unidos, algo que otros han criticado ya que estos no cuentan con las condiciones para recibir a estos migrantes.