Investigadores de EE.UU., Alemania e Israel descubrieron detalles reveladores de un misterio detrás de uno de los antiguos Manuscritos del Mar Muerto.
Un estudio publicado este viernes en la revista académica Science Advances sugiere la aplicación de un antiguo y único proceso tecnológico usado para la forja del llamado “Manuscrito del Templo“.
En el estudio participaron Roman Schuetz del Instituto Weizmann de Ciencia de Israel; Janille M. Maragh, del Instituto Tecnológico de Massachusetts de EE.UU; James C. Weaver de la Universidad de Harvard de EE.UU; e Ira Rabin y Admir Masic de la Universidad de Hamburgo, Alemania.
El “Manuscrito del Templo” es uno de los más grandes y mejor preservados de los 981 manuscritos conocidos, descubierto en la actual Cisjordania en el año de 1956. Su nombre se debe a la extensa descripción de la construcción y servicios religiosos de un visualizado templo judío nunca construido, que recicla en parte dentro de su redacción texto bíblico original.
Con casi ocho metros de largo, es sin embargo uno de los más delgados y con una de las superficies más claras que saltan a la vista, conformada por un tono blanquecino singular, una cuestión que intrigó a los investigadores y fue parte de lo que los impulsó a analizar dicho texto antiguo.
Para su estudio, los investigadores analizaron directamente en Jerusalén un fragmento de 2.5 centímetros del “Manuscrito del Templo”. Herramientas especializadas fueron utilizadas para mapear su composición química de manera detallada y en alta resolución.
El análisis reveló que el rollo contiene algunos elementos salinos a lo largo de su superficie que no se localizan en la región. El descubrimiento parece indicar el por qué de su especial color y probablemente su particular conservación por dos milenios. La composición descubierta indica por igual un origen no natural, sino más bien artificial de dicha capa.
“Los resultados del presente estudio sugieren que la capa inorgánica del ‘Manuscrito del Templo’ es parte de una tecnología de producción única que fue aplicada en la antigüedad”, precisaron los investigadores en la publicación.
Los investigadores además apuntaron a que comprender las propiedades de estos minerales pueden ayudar a conseguir mejores métodos de conservación para documentos históricos de este tipo.
Y no solo eso: también podría ayudar a arrojar más luz sobre la cultura y sociedad de esa época y a desarrollar métodos para identificar documentos antiguos falsificados.
“Este estudio tiene implicaciones de largo alcance más allá de los Manuscritos del Mar Muerto. Por ejemplo, muestra que en los albores de la fabricación de pergaminos en el Medio Oriente se usaban varias técnicas, lo que contrasta con la técnica única utilizada en la Edad Media”, comentó al respecto la investigadora Rabin.
“El estudio también muestra cómo identificar los tratamientos iniciales, proporcionando así a los historiadores y conservadores un nuevo conjunto de herramientas analíticas para la clasificación de los Manuscritos del Mar Muerto y otros pergaminos antiguos”, agregó.