Científicos del Instituto de Ciencia Weizmann han descubierto la forma de detectar enfermedades infecciosas que permanecen escondidas en el cuerpo humano.
Algunas patologías como la tuberculosis se salvan de la acción del sistema inmune cuando algunas de las bacterias que la producen lograr pasar desapercibidas y permanecen «hibernando» durante años en el organismo humano.
Normalmente, el sistema inmune activa un contingente de células, tales como los monocitos, que se encargan de aniquilar las bacterias y organismos infecciosos, pero en algunos casos estos pueden permanecer escondidos durante años en el propio organismo y activarse fatalmente en cualquier momento.
La hipótesis del Dr. Roi Avraham se enfocó, curiosamente, no en la detección de la bacteria blanco en sí misma, sino en la reacción de algunas células del sistema inmune cuando se encuentran con bacterias infecciosas por primera vez.
Con una serie de pruebas se logró recabar la información respectiva de la reacción de las células macrófagas del sistema inmune en su primer encuentro con organismos dañinos, información que sirvió de base para el desarrollo de un algoritmo que logra detectar la existencia de bacterias peligrosas.
El descubrimiento, enfocado inicialmente en la infección con tuberculosis, ofrecerá probabilidades de detección temprana y atención oportuna, e impactará positivamente en los riesgos de epidemias y en los costos de tratamientos, especialmente en comunidades del Tercer Mundo, donde la tuberculosis es endémica y representa graves riesgos para la salud pública, así como enormes erogaciones en presupuestos nacionales.
El Dr. Avraham ya comenzó a refinar el algoritmo para apuntar a otras enfermedades infecciosas.