Annika, sueca de origen judío, se disponía a pasar Pesaj en Venezuela cuando fue detenida, sin explicación ni razón aparente, en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar en Maiquetía y que sirve a la capital venezolana, Caracas.
En el pasado, Annika había publicado en las redes sociales su odisea al ser retenida, asaltada e intimidada por los “colectivos”, grupos armados al margen de las fuerzas militares y policiales que apoyan al régimen y que tienen todo el apoyo de este. La periodista fue interceptada y asaltada junto a su equipo cuando se dirigía a la cobertura de la fallida entrega de ayuda humanitaria en la frontera venezolana con Colombia a finales de Febrero.
La periodista sueca ha sufrido la misma suerte que muchos de sus colegas venezolanos o extranjeros que no se muestren especialmente favorables al régimen de Maduro. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) denunció la “detención” y deportación de Annika. Otros periodistas denuncian en la redes que hoy se han sumado varios casos similares contra periodistas extranjeros y nacionales.
Durante todo el proceso de régimen chavista y que luego de 20 años es continuado y magnificado por Nicolás Maduro, la profesión de periodista en Venezuela se ha tornado de alto riesgo, toda vez que los profesionales de la prensa que no alaben o que critiquen las actividades de régimen son perseguidos, apresados ilegalmente o agredidos, ya sea por los colectivos o por las autoridades militares y policiales oficialistas. Nicolás Maduro ha llegado a interrumpir entrevistas con medios internacionales en el momento en que se le pregunta acerca de la cuestionable situación socio-económica del país.
El 6 de marzo el reportero estadounidense Cody Weddle fue detenido y deportado tras haber estado varios años en Venezuela. Asimismo dos periodistas franceses y dos periodistas chilenos fueron deportados en enero.
Poco después de mostrar su alegría a las 3:00 p.m. por su inminente arribo a Venezuela en un tweet en el que muestra la aproximación al aeropuerto de Maiquetía, comenzó la secuencia que narraba la agresión y expulsión del país que tanto le ha gustado: “AYUDA: Estoy en el aeropuerto de #Caracas ahora y me han dicho que me deportarán de inmediato. No me dieron una razón, pero solo dijeron que me deportaban de inmediato”.
Annika contaba los momentos de su llegada: “Me detuvieron inmediatamente al entrar en el aeropuerto de Caracas y nadie me está explicando el motivo de la deportación. Me ponen en un avión a París y ahora estoy rodeada de guardias. No me han entregado ningún documento, ninguna razón y no tengo mis cosas [pertenencias]. #Venezuela”
La periodista de origen judío quería pasar la festividad judía de Pesaj, que comienza este viernes por la noche, en Venezuela: “Se suponía que debía pasar la Pascua [Pesaj] aquí en Caracas, he estado esperando [pasar] estos días aquí en el país que amo y ahora me deportan sin causa. Estoy llorando, #Venezuela”. “Estoy tan enojada y tan triste. He intentado todo lo posible para mostrar todos los lados de #Venezuela y con frecuencia. Incluso [me han]criticado por entrevistar a “todos” y mantenerme alejada de la defensa y el activismo, y ahora este gobierno me está deportando, se lleva mi pasaporte y mis cosas sin siquiera una razón”.
Annika resumió la triste experiencia: “Me enamoré de #Venezuela hace varios meses y seguí regresando porque se estaba convirtiendo en un segundo hogar para mí. Mis informes han sido transparentes y justos, y este viaje se centró en que yo pasara la Pascua en #Venezuela. En cambio fui deportada”. Aurora