La presencia militar rusa en Venezuela podría prolongar la severa crisis en todos los órdenes en la nación sudamericana, dijeron a la Voz de América expertos al aludir que podría terminar siendo un conflicto indirecto entre Estados Unidos y Rusia, y hasta potencialmente obligar al presidente Donald Trump a ir más allá de las sanciones económicas y diplomáticas.
La decisión del Kremlin de aterrizar en Venezuela con unos 100 soldados para reforzar al presidente en disputa Nicolás Maduro, y su renuencia a reconocer al presidente encargado Juan Guaidó, -respaldado por Washington y decenas de países del mundo-, va en contra de la confianza expuesta por EE.UU. sobre un eventual inicio del proceso democrático.
Moscú ha dicho que hay fuerzas estadounidenses en muchas partes del mundo y que nadie le dice a Estados Unidos dónde puede o no puede estar.
«Esta es una gran potencia, (hay) una especie de confrontación ahora cuando miras que los rusos están desafiando nuestras advertencias», dijo en entrevista con VOA Noticias Roger Noriega, exsecretario adjunto para el hemisferio occidental del Departamento de Estado de EE.UU.
«Creo que debemos recalibrar nuestra estrategia y entender que no estamos tratando solo con un dictador tropical, sino con uno respaldado por enemigos de Estados Unidos que tienen una cantidad tremenda de militares», dijo en referencia a Rusia y China. «Lo que está en juego es mayor (…) no podemos fallar en términos de defender la integridad de nuestra política y la defensa de la democracia».
Noriega dijo que recientes advertencias del asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, «suenan a líneas rojas (…) está bien, esta es la línea roja y, ¿después de la línea roja?.
El asunto ha llegado incluso a la OTAN. El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo el jueves que los ministros discutieron la presencia de Rusia en Venezuela durante una reunión de celebración de la Alianza Atlántica.
El viernes, Pompeo reiteró sus reclamos de que Moscú retire su personal militar de Venezuela. Dijo al programa de noticias de televisión «Fox & Friends» que no ha visto señales de partida del personal ruso y que la presencia de Moscú podría «agravarse antes de mejorar».
Un experto del American Enterprise Institute, un grupo de reflexión basado en Washington, expresó además que Estados Unidos debe estar preparado para sostener «conversaciones muy serias con ellos (rusos y chinos) sobre dónde están esas líneas rojas».
Sobre las declaraciones de Bolton acerca de que las acciones de Rusia son catalogadas de «provocativas» y de «amenaza directa para la paz y la seguridad internacionales en la región», enfatizó: «Los riesgos son mayores ahora, debido a la participación rusa. Y, francamente, la idea de no prevalecer está fuera de discusión para Estados Unidos».
La postura de Rusia
El gobierno de Vladimir Putin sostiene que sus soldados emplazados en Venezuela no participarán en operaciones militares, respondiendo a la exigencia de Trump a finales de marzo de que debían abandonar el país.
Y no solo se quedaron en Venezuela, sino que el jueves el viceministro de Relaciones Exteriores del gobierno en disputa, Iván Gil, no descartó que más personal militar ruso pueda llegar a su país en virtud de los acuerdos pactados con Rusia.
Gil dijo incluso a medios en Rusia que las fuerzas rusas permanecerán en Venezuela el tiempo que sea necesario y que no hay un periodo establecido para su permanencia.
El apoyo con recursos también está pensado. El director de ventas de Russian Helicopters (Rostvertol), Sergei Ostapenko, lo aseguró a medios el miércoles: «Si la gente de Venezuela solicita más helicópteros se los entregaremos».
La «cautela» de los aliados de Maduro
El analista Geoffrey Gert, de Brookings Institute, dijo que es difícil predecir qué es lo que está en juego en términos económicos para Rusia y China en función de sus negocios y lo adeudado por Venezuela, un tema que es visto por muchos como una de las claves para entender el apoyo a Maduro.
Sin embargo, otros estudiosos del tema no descartan que Putin persigue objetivos geoestratégicos detrás de Venezuela, en el afán por ser un poder global reemergente.
Gert recordó que los tratos entre este tipo de nación suelen ser «bastante confidenciales».
«Está claro que tanto el gobierno chino como el ruso están preocupados porque no se les devuelva el dinero», dijo Gert en alusión a que en una eventual transición política pueda quedar sin efecto el pago de la millonaria deuda del actual gobierno en disputa.
«Tanto los rusos como los chinos querrán ser muy cautelosos en sus enfoques, pero también (…) en la medida de lo posible (buscarán) mantener buenas relaciones con ambas partes», expresó.
Estados Unidos ha advertido que más sanciones podrían estar sobre el tapete si Rusia insiste en mantener sus efectivos en Venezuela. El pasado viernes, el encargado especial de EE.UU. para asuntos de Venezuela, Elliott Abrams, volvió a dejar clara la postura estadounidense.
fuente:voanoticias