La banda alemana de metal industrial Rammstein desató amplias protestas de políticos, historiadores y grupos judíos al difundir un tráiler promocional de su próximo álbum en el que sus integrantes aparecen vestidos a modo de prisioneros de los campos de concentración nazis.
El vídeo, de 35 segundos, muestra a cuatro de los integrantes del grupo en el patíbulo, con una soga alrededor del cuello y trajes a rayas.
En las imágenes, el cantante, Till Lindemann sangra de una herida en la ceja derecha y el guitarrista, Paul Landers, lleva una estrella de David en el pecho.
El vídeo cierra con la palabra «Deutschland» (Alemania), escrita en letras góticas, y la fecha «XXVIII.III.MMXIX», en números romanos, que podría apuntar a la posible presentación, el 28 de marzo, de su nuevo vídeo.
Las críticas a la estética de campo de concentración no se han hecho esperar.
Para Felix Klein, comisionado del Gobierno alemán para asuntos de antisemitismo, «la escenificación de los músicos de Rammstein como presos de campos de concentración condenados a muerte rebasa una línea roja».
«Si esto sólo sirve para fomentar la venta del nuevo álbum, lo considero un uso de mal gusto de la libertad artística», dijo, citado por el diario «Bild».
En tanto, Charlotte Knobloch, ex presidenta del Consejo Central de los Judíos en Alemania, considera que «la manera en la que Rammstein utiliza el asesinato de millones para fines de entretenimiento es frívolo y repulsivo».
La portavoz del Museo del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén, Iris Rosenberg, recordó por su parte que desde su institución consideran que «una representación artísticamente respetuosa» del tema «puede ser legítima siempre y cuando no insulte, denigre o profane la memoria del Holocausto y no sirva como simple herramienta para atraer la atención pública». Aurora y EFE