En un esperado discurso, Donald Trump presentó ante el Congreso federal de Estados Unidos este martes los lineamientos del plan para su primer año de gobierno.
Trump inició su discurso con un llamado a la unidad y la tolerancia, condenando los recientes actos de vandalismo en varios sitios del país contra cementerios judíos y haciendo referencia al mes de la historia afroestadounidense que se conmemora actualmente en Estados Unidos.
Procedió con invocaciones a la unidad nacional y la aseveración que «Estados Unidos está lista para liderar».
Pero luego de ese tono conciliatorio de las primeras líneas de su discurso, el mandatario regresó a los temas de otras intervenciones, presentando un panorama amenazante que requiere acciones drásticas.
Habló de desmantelar carteles criminales, detener el «ambiente de caos» que según Trump se vive en las fronteras del país y construir una «gran muralla».
Dijo que no podía permitir «una cabeza de playa del terrorismo» en el país, por lo que justificaba las extremas medidas de control a extranjeros entrando a la nación, insistiendo en que no era muestra de compasión sino de irresponsabilidad permitir la entrada de refugiados de ciertas partes del mundo.
De ahí entró al aspecto económico, prometiendo, sin dar detalles, un importante recorte de impuestos a la clase media.
Luego, reiteró sus denuncias anteriores sobre los presuntos abusos de países extranjeros a las reglas comerciales, asegurando que: «Creo en el comercio libre, pero tiene que ser comercio justo».
Y no dejó muchas dudas sobre sus intenciones de aumentar el proteccionismo comercial. «No dejaré más que los otros países sigan tomando ventaja de nuestras empresas».
Prometió un nuevo plan de infraestructura, que describió como un «programa de reconstrucción nacional» por valor de US$1 billón.
También empezó a plantear el modelo que Trump promete como reemplazo de Obamacare, el sistema de salud que fue el programa bandera en el gobierno del anterior presidente, y al que se refirió como un desastre.
Estado de la Unión
Esta es la primera vez que Trump se dirige formalmente a la legislatura como parte del ritual anual conocido normalmente como Informe del Estado de la Unión, pero que en el primer año del periodo presidencial no lleva oficialmente ese rótulo.
En años recientes ha decrecido el interés público por estos eventos, como señala la corresponsal de la BBC en Washington Katty Kay por la brecha que frecuentemente se da entre lo que el presidente promete y lo que realmente puede lograr.
«Pero esta vez, con ambas cámaras del Congreso en manos republicanas, es más posible que lo que anuncie Trump se convierta en ley», recuerda nuestra corresponsal.
Visión general
Entre los temas centrales estará la propuesta del presupuesto para 2018, que contempla un aumento de casi el 10% en el gasto militar, junto con una promesa de mantener el gasto actual en los programas de seguridad social para los jubilados, lo que llevará probablemente a un fuerte recorte en otros aspectos del funcionamiento del gobierno federal.
Migratorio
Y evidentemente estará en discusión lo que el mandatario piense proponer frente al tema migratorio, que constituyó el tema central de la campaña que lo llevó a la presidencia.
Trump ha insistido en la necesidad de mano dura frente a los indocumentados y se esperaba que sus propuestas legislativas fuesen en esa dirección general.
Pero en la tarde del martes medios estadounidenses comoThe New York Times reportaban la sorprendente noticia que Trump habría dicho en una reunión privada que estaba dispuesto a considerar legislación que otorgaría a un camino a la residencia legal a millones de indocumentados, en directa contradicción con lo que fue el tono de su discurso de campaña.
Lo cual, de concretarse, cambiaría de manera dramática el panorama político, en donde se daba por sentado que Trump se basaría en el discurso contra los indocumentados para afianzar su apoyo en sectores de la clase trabajadora blanca que miran con recelo el cambio demográfico que ha experimentado Estados Unidos.
Sorpresa
Ante todo, Trump ha retenido la capacidad de sorprender al público, negativa y positivamente. Por lo que no puede descartarse un giro completamente inesperado en el discurso de este martes.
Sus opositores criticaron despiadadamente el tono pesimista y alarmista del discurso de toma de posesión.
Por lo que muchos esperan que Trump busque transmitir un mensaje más alentador en esta nueva intervención.
Sin duda se espera una fuerte reacción al discurso de la oposición, el Partido Demócrata, cuyos legisladores recordarán la hostilidad con que el expresidente Barack Obama fue tratado por los congresistas republicanos en el anterior gobierno.
Entre tanto, Estados Unidos se prepara para un nuevo episodio en la saga que ha rodeado a las primeras semanas de Donald Trump en la presidencia.
fuente:bbcmundo