El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acordó honrar la política de una»Una Sola China» en una llamada telefónica con el presidente de China, Xi Jinping, según informó la Casa Blanca.
La política de «Una Sola China» es el reconocimiento diplomático de que sólo hay un gobierno chino.
Previamente, Trump había puesto en duda la continuidad de la política de larga data cuando habló con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en diciembre.
El mandatario mantuvo una conversación directa con la mandataria, lo que significó un quiebre con la política estadounidense establecida en 1979, cuando los dos países rompieron relaciones formales.
La respuesta no se hizo esperar: el ministro de Relaciones Exteriores chino presentó un reclamo formal en Washington.
En diciembre, Trump dijo que si Pekín no hace concesiones sobre comercio y otras cuestiones, no veía por qué esta política debía continuar.
«No sé por qué tenemos que estar comprometidos con una política de ‘Una Sola China’, a menos que hagamos un acuerdo con Pekín que tenga que ver con otras cosas, incluyendo el comercio», dijo Trump en una entrevista con Fox News.
China instó a Trump a comprender lo delicado que es el tema de Taiwán.
La reacción se dio en un comunicado del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Geng Shuang, que dijo a la prensa que la política de «Una Sola China» era la base de las relaciones con Washington.
«Los guantes»
En enero, el periódico estatal chino China Daily criticó los comentarios hechos por Trump sobre la política de «Una Sola China».
En un editorial, el periódico indicó que Pekín no tendría otra opción que quitarse los guantes a menos de que el presidente electo cambie su postura y dijo que el líder estaba «jugando con fuego«.
Poco antes, Trump había dicho que el estatus de Taiwán podía ser objeto de negociación.
Un día antes, un portavoz de la cancillería china, Lu Kang, había dicho que la política de «Una Sola China» «no era negociable».
Los mandatarios estadounidenses siempre han seguido el planteamiento de China de no reconocer a Taiwán como una nación independiente.
De hecho, ningún presidente de EE.UU. había hablado directamente con un líder taiwanés durante décadas.
En el marco de la política de una «China unificada», Estados Unidos tiene vínculos formales con China y no con la isla de Taiwán, la cual Pekín califica como una provincia separatista que volverá a unirse a China en el futuro.
Acercamiento
La Casa Blanca indicó que los dos líderes discutieron una amplia gama de temas durante la conversación que se produjo el jueves en la noche.
En un comunicado se describió la llamada como «extremadamente cordial» y se informó que los dos líderes se habían extendido invitaciones para visitar sus respectivos países.
La llamada se produjo después de que Trump enviara una carta a Xi, el primer acercamiento directo del mandatario estadounidense al líder chino.
Trump cuestionó duramente a China durante la campaña electoral, acusándola de prácticas comerciales injustas y amenazándola con desafiar las construcciones militares que está llevando a cabo en el Mar de la China Meridional.
Pekín expresó una «preocupación seria» sobre la posición de Trump con respecto a la política de una «Una Sola China» y exhortó a Estados Unidos a mantener lazos cercanos con China.
fuente:bbcmundo