La ONU pidió no dar margen a la intolerancia y alzar la voz ante el resurgimiento de ideologías xenófobas, en un homenaje a las víctimas del Holocausto que contó con el testimonio de un sobreviviente que recordó que Adolf Hitler fue elegido democráticamente con aspiraciones conocidas previamente.
La Sala de las Asambleas de la ONU en Ginebra acogió un concierto-homenaje en la víspera del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto que se celebra hoy, viernes.
En un mensaje retransmitido en una gran pantalla, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró que la masacre que acabó con la vida de seis millones de judíos “fue la culminación de milenios de odio”.
El diplomático portugués lamentó que el antisemitismo “siga vivo” en la sociedad y denunció el “resurgimiento de ideologías xenófobas, racistas y discriminatorias” alrededor del globo.
“No debemos dar margen a la intolerancia en el siglo XXI”, advirtió.
El director general de la sede europea de la ONU, Michael Moller, insistió en que el Holocausto “comenzó con el odio, los prejuicios y la exclusión de un grupo concreto”, y aseguró: “No debemos dejar que ocurra nunca jamás”, justo después de un minuto de silencio.
“La historia tiende a repetirse”, recordó la representante permanente de Israel ante la ONU en Ginebra, Aviva Raz Schechter.
Como colofón del acto, Elie Buzyn, sobreviviente polaco del campo de concentración nazi de Auschwitz, compartió su historia en un emotivo y largo discurso en el que detalló lo que vivió entre 1939 y 1945, cinco años que le dejaron huérfano y que marcaron para siempre su vida.
“Hitler llegó al poder gracias a unas elecciones completamente democráticas y sus ideas racistas eran conocidas” por la comunidad internacional, recordó el polaco, que permaneció durante cuatro años recluido en el gueto de Lodz antes de ser trasladado al campo de exterminio nazi.
Además de la dura vida en el campo, al que llegó con tan solo 15 años, Buzyn explicó cómo los oficiales del campo forzaron a los prisioneros a embarcarse en evacuaciones masivas conocidas como “las marchas de la muerte”.
Buzyn era uno de los 900 huérfanos de Europa del Este que se vio forzado a caminar cien kilómetros a pie durante dos días y dos noches hasta llegar a la frontera alemana, donde un tren les llevó a otro campo, Buchenwald, que sería liberado en abril de 1945.
“Después de la liberación, no quería permanecer en las tierras europeas que habían absorbido la sangre derramada de mis familiares”, dijo el polaco, que probó suerte en el Mandato Británico en Palestina, Francia y Argelia, hasta quedarse definitivamente en el país galo desde 1956, donde vivió ejerciendo de cirujano ortopédico.
“Tardé diez años en volver a ser capaz de tener una vida normal”, dijo el sobreviviente, que concluyó su intervención asegurando que, pese a todo, ha tenido “una vida feliz”.
El acto cerró con un concierto protagonizado por obras de Verdi y la banda sonora de John Williams de la película “La Lista de Schindler”, interpretado por la German Radio Orquestra y los coros Misgav Hagalil y Bayreuth Zamir, bajo la batuta del director Issak Taviour. EFE y Aurora