El primer ministro, Biniamín Netanyahu, afirmó que es “una obligación no olvidar nunca” la memoria ni a las víctimas del Holocausto, en una ceremonia con diplomáticos extranjeros en Jerusalén.
“Cuando recordamos a las víctimas y recordamos este crimen, no debemos olvidar nunca nuestra terrible tragedia: el odio persistente al pueblo judío”, afirmó Netanyahu en un acto en el Museo del Holocausto de Jerusalén, también conocido como Yad Vashem.
La ceremonia, que tuvo lugar en la sinagoga de la institución que conserva el recuerdo de los seis millones de judíos asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, reunió a embajadores y representantes diplomáticos de más de 50 países, entre ellos los de España, Portugal, Francia, Alemania, Italia, EE.UU., Canadá y Rusia, informó el museo en un comunicado.
La ceremonia fue convocada con motivo de la conmemoración del Día Internacional del Holocausto, en coincidencia con la fecha en la que las tropas soviéticas liberaron en 1945 el campo de extermino de Auschwitz.
Israel tiene su propia fecha de conmemoración para recordar el Holocausto, y lo hace una semana antes del Día de la Independencia, que según el calendario hebreo suele caer entre abril y mayo.
La razón es ligar ambos episodios históricos y recordar el trauma de aquellos que no pudieron salvarse por no existir un Estado judío que les diera cobijo, además de querer simbolizar el “resurgimiento nacional” del pueblo judío desde la tragedia.
El primer ministro consideró en ese sentido que el “antisemitismo” es el fenómeno de odio étnico “más antiguo de la historia de la humanidad”, y aseguró que en la actualidad se traduce en “odio hacia el Estado judío (Israel)”.
“El mayor peligro que afrontamos hoy viene desde el Este, desde Irán, de un régimen de ayatollahs que aviva el fuego y exhorta abiertamente a la destrucción del Estado judío”, manifestó.
La posibilidad de un Irán con armas nucleares y los llamamientos hace unos años del ex presidente iraní Mahmud Ahmadinejad para “borrar a Israel del mapa”, estuvieron en el epicentro de la campaña que Netanyahu lanzó entre 2014 y 2015 para tratar de impedir el acuerdo del Grupo 5+1 con Teherán en materia nuclear.
En Israel la jornada del 27 de enero pasa casi desapercibida, pero Netanyahu -“muy vinculado al recuerdo del Holocausto”, según dijo el portavoz de Yad Vashem, Simmy Allen-, suele participar en actos convocados a nivel internacional, en los que suele referirse a la amenaza que a su juicio un Irán con capacidad nuclear puede representar para el país.
El año pasado el primer ministro participó en Berlín en una exposición de Yad Vashem sobre el tema, y anteriormente estuvo en otras convocatorias con diplomáticos extranjeros en Jerusalén, a pesar de que no se lo exige el protocolo.
En la ceremonia, el Museo expuso el diario de Ruth Kalka, interna del gueto de Czestochowa, en el sur de Polonia, y que tras escapar de allí en 1942 se refugió durante tres años en los bosques de la región, hasta la liberación en 1945.
“Este día de conmemoración y memoria de las víctimas está lleno de significado. Con él cumplimos nuestra obligación de no olvidar nunca y recordar que cada víctima tiene detrás una historia, una familia, una infancia, un futuro cercenado”, declaró Netanyahu.
“Y cuando uno camina por las salas de Yad Vashem puede ver estas historias individuales”, subrayó.
La directora del Instituto Internacional de Investigaciones del Museo, Yael Nidam, manifestó por su parte que la “misión” y “mensaje” de su institución “es ahora más crucial que nunca”.
“Hoy, un mal destructivo, incluido un vicioso antisemitismo, está reapareciendo en diversos contextos e ideologías, ideologías que niegan los derechos humanos y la dignidad. Muchos de sus defensores dirigen el odio hacia los judíos y hacia Israel”, advirtió.
El Instituto, principal vector de cooperación del Yad Vashem con otros países, ha estrechado estos últimos años sus lazos con España, país del que Allen dijo es “un ejemplo” a la hora de difundir un mensaje claro contra el antisemitismo y enseñar las lecciones del Holocausto.
Yad Vashem fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2007, y su director, Avner Shalev, recibió el mes pasado la Orden del Mérito Civil otorgada por el Rey Felipe VI, en una ceremonia en la residencia del embajador de España en Israel, Fernando Carderera Soler, que participó en el acto. EFE y Aurora