Una de las sedes de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires, que en 1994 sufrió un atentado en el que fueron asesinadas 85 personas y permanece impune, fue desalojada por una falsa amenaza de bomba, informaron fuentes de esa organización.
La línea de emergencia 911 recibió una llamada anónima que alertaba de la colocación de un explosivo contra uno de los edificios de la institución, donde funcionan el Centro Integral de Adultos Mayores, la oficina central del Servicio de Empleo y diferentes programas sociales de la entidad.
Fue así que de manera preventiva la Policía dispuso el corte de la calle, en el barrio porteño de Once, y efectuó la revisión correspondiente del edificio, que confirmó que no existían explosivos.
Una vez finalizada la revisión, el personal volvió a sus puestos y las actividades se reanudaron.
“AMIA exige a las autoridades que se adopten todos los esfuerzos necesarios para investigar el origen y naturaleza de la amenaza recibida”, indicó la asociación.
Argentina acoge la mayor colectividad judía de Latinoamérica y una de las mayores del mundo.
El atentado contra la sede central de la AMIA, a unos 250 metros del edificio amenazado, fue el segundo contra sedes judías en Argentina, después de que 29 personas murieran en 1992 al explotar una bomba frente a la Embajada de Israel en Buenos Aires, un ataque que al igual que el de la mutual es atribuido a la organización terrorista islámica libanesa Hezbollah.
Los dos ataques permanecen impunes, como también la muerte, en enero de 2015, del fiscal encargado de la investigación del atentado a la AMIA, Alberto Nisman, que aún hoy se desconoce si fue suicidio u homicidio.
“Lejos de querer generar intranquilidad o preocupaciones desmedidas, AMIA se ve en la obligación de recordar que el hecho de haber sido elegida como blanco del terrorismo internacional (…) obliga a esta institución demandar los mayores niveles de seguridad y prevención, y prestar máxima atención a este tipo de provocaciones destinadas a sembrar alarma y temor”, concluye el comunicado difundido. EFE y Aurora