Es el mundo al revés. En Davos, el sitio de reunión por excelencia de la elite capitalista pro globalización, el último gran defensor de un mundo sin barreras comerciales es el secretario general del Partido Comunista chino.
Xi Jinping, el primer presidente de China en asistir a la cumbre internacional de Davos en Suiza, ofreció este martes en ese escenario una apasionada defensa del libre comercio y la globalización.
«Al mismo tiempo, en Estados Unidos, el hogar del capitalismo, un nuevo presidente dice que las actuales reglas del libre comercio deben ser desechadas», recuerda Kamal Ahmed
Bienvenidos al nuevo y extraño mundo en el que China, irónicamente, está apareciendo como el último gran defensor del sistema globalizado que por tanto tiempo tuvo en Washington a su más ferviente promotor.
«No habrá ganadores»
Xi Jinping no dejó muchas dudas de dónde estaba la posición de China en esta delicada polémica.
«Algunos culpan a la globalización por el caos en nuestro mundo, pero nuestros problemas no son causados por la globalización», dijo el líder chino el martes.
«No habrá ganadores en una guerra comercial. Seguir el proteccionismo es como encerrarse uno mismo en un salón oscuro: puede que evite el viento y la lluvia, pero también se quedarán afuera la luz y el aire», señaló Xi Jinping.
Su discurso es evidentemente una respuesta al presidente electo estadounidense, Donald Trump, quien ha pedido levantar barreras comerciales contra las importaciones de China y otros países, en su intento por cortejar la simpatía de la clase trabajadora blanca en su país.
Muchos de estos obreros culpan a la competencia extranjera del deterioro de su propia condición económica.
Mirando hacia afuera
«El mensaje de China es claro», asegura nuestro editor. «Estados Unidos puede estar empezando a mirar más hacia adentro de sus fronteras, pero China busca extender su influencia y la ruta escogida es la de la economía», apunta Ahmed.
Xi Jinping es el líder político de mayor calibre en el evento de este año en Davos. Otros dirigentes como la canciller alemana Angela Merkel decidieron no asistir.
En cambio, China envía la mayor delegación que la ha representado en esa reunión anual de dirigentes empresariales y políticos en los Alpes suizos.
También están presentes en la delegación de la potencia asiática magnates empresariales como Jack Ma, el fundador del gigante global de internet Alibaba, así como Wang Jianlin, otro de los hombres más ricos de China y presidente de la firma de desarrollo inmobiliario Dalian Wanda.
Cediendo terreno
«La destacada participación china en el Foro Económico Global de Davos, el lanzamiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura como rival del Banco Mundial dominado por Estados Unidos y la resurrección del corredor de comercio de la Ruta de la Seda desde Asia al Medio Oriente y Europa, son todas estrategias que apuntan en una dirección: el entusiasmo de Xi Jinping por una China más expansionista», asegura Ahmed.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha sido el campeón indiscutible del libre comercio, pregonando sus ventajas como principio organizador de un mundo en el que dominaban sin demasiado esfuerzo.
Hoy, Estados Unidos se percibe bastante más inseguro de su sitio en el mundo.
Increíble
Trump frecuentemente asegura que el sistema global de comercio e inversión que defendió Estados Unidos por décadas ahora esclaviza a la nación.
A su vez, promete medidas que, de cumplirse, abandonarían en buena parte la defensa de ese sistema en el mundo, para concentrarse en mantener una fortaleza económica proteccionista dentro de sus fronteras.
Que China pudiese ser el que herede la posición del libre comercio global, como alguna vez Estados Unidos heredó el puesto del Reino Unido, es un resultado que difícilmente podría haber anticipado cualquier observador hace unas cuantas décadas, cuando el gigante asiático operaba bajo las estrictas reglas económicas del comunismo.
Pero el evento de Davos de este martes ofrece un anticipo de lo que podría ser esa nueva realidad política, en la que los defensores de la globalización tengan que mirar a Pekín y no a Washington, al menos mientras Trump siga en la Casa Blanca.
fuente.bbcmundo