En la posesión presidencial de Daniel Ortega de este martes estuvieron presentes algunos presidentes latinoamericanos como el de Bolivia, El Salvador, Guatemala, Haití o Venezuela.
Una presencia llamativa fue la de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.
La asistencia de la autoridad taiwanesa al acto celebrado en Managua, sin embargo, tiene fines que van más allá de saludar el tercer mandato consecutivo del líder sandinista.
Tsai Ing-wen está realizando una gira por Centroamérica que es considerada por expertos como «vital» para la diplomacia taiwanesa.
Mucho más después de que el lunes, la República Popular China manifestara sus reparos por el viaje de la mandataria asiática y sus acercamientos a autoridades estadounidenses.
La gira taiwanesa de esta semana por El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua no sólo es para estrechar lazos comerciales y firmar actas de entendimiento.
El motivo, en palabras de la propia Tsai Ing-wen, es «mostrar a la sociedad internacional que Taiwán es un aliado capaz y responsable para la cooperación».
Según los expertos, se trata de decirle al planeta que la diplomacia taiwanesa existe pese a los intentos de aislamiento de Beijing.
Y por ello acompaña a la mandataria una nutrida delegación de funcionarios del gobierno taiwanés, legisladores e inversores.
Lo cierto es que la diplomacia taiwanesa no puede darse el lujo de perder a Centroamérica.
Los pocos aliados
Veintiún estados reconocen a Taiwán como Estado soberano y mantienen relaciones diplomáticas con la isla.
La mayoría son países centroamericanos y caribeños, entre ellos El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.
Los 21 países que reconocen a
Taiwán
- América Belice, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas.
- África Burkina Faso y Suazilandia.
- Europa Ciudad del Vaticano
- Oceanía Islas Marshall, Islas Salomón, Kiribati, Nauru, Palaos y Tuvalu.
La experta en historia de Taiwán y asuntos asiáticos Marisela Connelly considera que la visita de Tsai Ing-wen a Centroamérica y la continuidad de las relaciones de esa región con Taipéi son «vitales» para la diplomacia taiwanesa.
«La gira busca reafirmar las relaciones con Centroamérica ante la estrategia china de aislar y anular los logros diplomáticos taiwaneses», explicó la profesora que cuenta con un doctorado en historia de China en la Universidad de Columbia.
Connelly afirmó que Taiwán «se reivindica como Estado soberano en buena parte gracias al reconocimiento diplomático que tiene«.
De esta forma los países centroamericanos adquieren mayor relevancia, pues tienen mayor peso específico que el otro puñado de naciones que reconoce el gobierno de Taipéi.
Taiwán y Centroamérica, un poco de historia
Taiwán es considerado por China como un territorio rebelde o una provincia renegada desde 1949, después del triunfo de los comunistas liderados por Mao Zedong y la retirada de los nacionalistas hasta la isla de Formosa, actual Taiwán.
En las décadas siguientes, la República Popular logró ser reconocida por la mayoría del planeta.
En 1972, Taiwán perdió el puesto que tenía en la ONU en favor del gobierno comunista, que desde entonces mantiene la representación oficial de China.
Sin embargo, por los avatares propios de la Guerra Fría, Centroamérica mantuvo su reconocimiento al régimen instalado en Taiwán como el verdadero gobierno chino.
La opción anticomunista de los gobernantes centroamericanos del siglo pasado permitió el crecimiento de una relación comercial que hoy la presidenta Tsai Ing-wen se esmera en mantener ante la avasalladora capacidad económica de Pekín.
Nicaragua rompió el libreto temporalmente en la primera etapa del sandinismo (1979-1989) al reconocer a la República Popular en 1985 por afinidades ideológicas.
Retomó la relación con Taiwán en 1990, cuando el Frente Sandinista ya había entregado el poder.
En 2007, Costa Rica optó por romper la relación de más de 60 años con Taiwán para establecer relaciones con China continental.
«Hemos decidido normalizar nuestros vínculos con un país que ya no podemos ignorar», admitió el entonces presidente Costarricense Óscar Arias aquella vez.
Con Sudamérica, Taiwán corrió peor suerte. Salvo Paraguay, que mantiene sus relaciones con Taipéi, el resto de los países del Cono Sur reconocieron a la República Popular entre las décadas del 70 y 80.
China condiciona el establecimiento de relaciones diplomáticas con el no reconocimiento de Taiwán como estado soberano.
El papel de Taiwán en Centroamérica
Los esfuerzos de Taipéi por tener a Centroamérica en su órbita de influencia no son pocos.
Países como El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana e incluso organismos financieros regionales como el Banco Centroamericano de Integración Económica, tienen acuerdos de cooperación económica «no reembolsable» con Taiwán en áreas que van desde la construcción de infraestructura, programas de apoyo a la mujer o fomento a la producción de café.
Todo en el marco de la llamada «diplomacia viable», basada en el pragmatismo y la flexibilidad económica que Taiwán adoptó en los 90 para sobrevivir a la ofensiva china.
Según cifras oficiales, los países centroamericanos han recibido un promedio anual de US$50 millones en los últimos cinco años en concepto de cooperación no reembolsable, sin tomar en cuenta otros acuerdos comerciales.
En criterio del profesor Colin Alexander, autor del libro «China y Taiwán en Centroamérica» (2014), Taipéi mantiene un rol todavía muy influyente en los países centroamericanos a partir de su apoyo económico para obras o cooperación.
«Taiwán construyó o financió la mayoría de los edificios gubernamentales en Nicaragua, así como en El Salvador. En Managua, el palacio presidencial (llamado la Casa de los Pueblos) fue financiado por Taiwán«, señaló el experto en políticas comunicacionales de la Universidad de Nottingham Trent.
Alexander añadió que Taiwán juega roles que van más allá de lo financiero como su papel de observador permanente del Parlamento Centroamericano, instalado en Guatemala, al que acuden permanentemente misiones de Taipéi.
En los últimos años, aquella instancia legislativa regional emitió varios pronunciamientos ante organismos internacionales a favor del reconocimiento de Taiwán.
«Taiwán es la fuente de recursos para financiar proyectos de desarrollo, programas de buen gobierno y capacitación en estos países», precisó Alexander.
Consultado sobre qué tipo de beneficio obtiene Taipéi en Centroamérica, el académico explicó que, «al igual que Estados Unidos, Reino Unido o China», la ayuda internacional les permite a los taiwaneses generar cierta influencia en los gobiernos a los que apoya.
«En el caso de Taiwán, lo que consigue fundamentalmente es que el reconocimiento diplomático a su soberanía continúe«, concluyó Alexander.
Paradójicamente, el que quizás es el proyecto emblema de la gestión de Daniel Ortega, el canal interoceánico de Nicaragua, es financiado por la empresa china HKND Group.
A pesar de ello, lo primero que dijo la presidenta Tsai Ing-wen al pisar suelo centroamericano fue que su gira busca «fortalecer y ampliar los lazos comerciales y de cooperación».
¿Y qué hay de China?
La gira de la mandataria taiwanesa fue cuestionada por China desde su primer minuto.
A la diplomacia china no le gustó el saludo de la mandataria con el senador republicano Ted Cruz y el gobernador de Texas, Greg Abbott, cuando pernoctó en Houston el sábado 7 de enero.
Pekín le hizo saber a Washington, y fundamentalmente a Taiwán, que los pasos de Tsai Ing-wen no son ignorados por la potencia asiática.
Por si fuera poco, Taipéi amaneció este miércoles con la noticia de que el principal portaviones chino, cargado con acorazados y aeronaves, ingresó en el estrecho de Taiwán, hecho que fue considerado en varias partes del mundo como una señal desafiante.
En criterio de la investigadora Marisela Connelly, «China está decidida a seguir aislando a Taiwán» y por ello le pide a la Casa Blanca que mantenga su política de reconocimiento de «una sola China».
«Si (Pekín) mantiene la estrategia de arrebatarle los logros diplomáticos, Taiwán tendrá muchos problemas», afirmó.
Sin embargo, Connelly considera que todavía hay que esperar a ver qué sucede en los siguientes meses y años.
Mucho más con el inminente nuevo gobierno estadounidense y la llamada de Donald Trump a Tsai Ing-wen en diciembre pasado que todavía tiene intranquila a China.
Tsai Ing-wen concluirá su visita por Centroamérica el sábado, en El Salvador.
Hasta ahora, las señales que obtuvo la mandataria son alentadoras, pero con la enorme capacidad económica china es imposible asegurar que ningún país de esa región no seguirá los pasos de Costa Rica.
«Perder Centroamérica sería un golpe muy fuerte para la diplomacia de Taiwán porque afectaría directamente a su legitimidad«, concluyó Connelly.
fuente:bbcmundo