Un grupo de embajadores musulmanes estuvo entre los invitados a la fiesta de Januca co-organizada por la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Americanas y la Embajada de Azerbaiyán en el Hotel Trump International en Washington, DC el miércoles por la noche.
Todos los diplomáticos presentes – que incluían representantes de Egipto, Kazajstán, Kirguistán, la Organización para la Liberación de Palestina, Tayikistán y Turquía – recibieron una janukiá como regalo del vicepresidente ejecutivo de CPMAJO, Malcolm Hoenlein.
“La iniciativa de celebrar este evento vino por sugerencia del embajador [Elin] Suleymanov [de Azerbaiyán]”, dijo Hoenlein en declaraciones en la fiesta, que tuvo lugar coincidiendo con la visita de dos días del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a Azerbaiyán y Kazajstán. “Representa una parte esencial de quiénes son los judíos marcar Januca públicamente, expresar nuestro respeto por otras religiones uniéndonos con musulmanes, sunitas y chiítas, cristianos y cualquier otra tradición de fe y promover la comprensión centrándonos en lo que tenemos en común más que lo que nos separa y divide”.
También estuvo presente el embajador de Israel en EEUU, Ron Dermer, quien dijo: “Januca es un día de fiesta de llamas de luz para iluminar el mundo. Esta noche encendimos juntos esas llamas y hemos demostrado que podemos apagar las de la destrucción. Juntos, debemos continuar haciendo ambas cosas”.
El renombrado autor y periodista de investigación Edwin Black, uno de los invitados de la fiesta, dijo a The Algemeiner el jueves: “Estos embajadores musulmanes no estaban allí a disguto. Estaban activos, fuertes, gregarios y estaban en un maravilloso estado de ánimo Januca”
Menos agradable para Black, sin embargo, fue el reportaje de los medios judíos sobre la fiesta, que atrajo la controversia sobre su ubicación – un hotel propiedad del presidente electo Donald Trump.
“Me llamó la atención el hecho de la falsa y escasa información sobre este acontecimiento histórico”, dijo Black. “Los medios de comunicación judíos no deben permitirse caer en medios de “falsas noticias”.
“Varias publicaciones judías informaron falsamente que la sala estaría vacía”, continuó Black. “Pero no sólo que la sala estaba llena, sino que algunos de los más grandes nombres de la comunidad judía en DC no recibieron invitaciones por falta de plazas. Sin embargo, estas publicaciones no han corregido ni retractado sus historias”.
Black también criticó a los medios de comunicación que “varios cientos” de personas participaron en una protesta organizada por el grupo judío de izquierda “If Not Now” – fuera del hotel durante la fiesta.
“Con mis propios ojos vi a unos 30-50 manifestantes – aproximadamente la mitad de los cuales eran activistas pro-Trump contra-protestando – pero he visto fotos con aproximadamente 100 manifestantes como mucho. Y no sé cuántos de ellos eran observadores, cuántos eran los que se manifestaban y cuántos activistas pro-Trump. Pero sí sé que los informes se han exagerado”.
La Directora Ejecutiva del Comité de Emergencia de Israel, Noah Pollak twitteó el jueves en respuesta a un artículo de Forward sobre el evento, “#FakeNews de @nathanguttman & @jdforward. Había 30-40 manifestantes en el hotel Trump, no varios cientos, ¡triste!
En una entrevista con The Algemeiner a principios de esta semana, Hoenlein dijo sobre la controversia que rodea a la fiesta: “Realmente me sorprende el nivel de vehemencia que acompañó algunas de las respuestas. La gente puede ir o no ir a cualquier evento que hagamos. Algunas de las personas que han comentado no han asistido a un evento de la Conferencia en mucho tiempo, por lo que no es probable que hayan estado allí, pero algunos están usando esto para tribuna.
“Sin embargo”, destacó, “lo que subyace es lo realmente importante – este evento es un gesto al pueblo judío por parte de un país musulmán en el que los judíos han vivido durante 2.600 años y donde no ha habido antisemitismo. Los judíos en Azerbaiyán viven libremente. En sus sinagogas se pueden ver banderas israelíes. Se puede caminar con un yarmulke en las calles de Baku, como he hecho. Quienes encendieron el fusible respecto a este acontecimiento son los que usualmente hablan de cortesía y de reunir a la gente, y sin embargo no consideraron las consecuencias de sus acciones aquí”.
Fuente: The Algemeiner