Con su sorprendente optimismo actual, los peruanos parecen tomarse al pie de la letra algo que decía en el siglo XIX el investigador y geógrafo italiano Antonio Raimondi: «En el libro del destino del Perú, está escrito un provenir grandioso».
El fenómeno se refleja de diferentes formas, desde comentarios a nivel doméstico hasta encuestas a escala global.
Un estudio de la firma Ipsos en 25 países, realizado en noviembre y divulgado el viernes, colocó a Perú como la segunda nación con mayor porcentaje de gente esperando un fortalecimiento económico en el próximo semestre, apenas detrás de India.
Tres de cada cinco peruanos dijeron aguardar esa mejora, una proporción mayor que la registrada entre ciudadanos de grandes economías como Estados Unidos y China, o entre los habitantes otros países latinoamericanos como Argentina, Brasil o México.
El resultado es coherente con encuestas previas de la misma empresa y con otros estudios recientes en el país, incluido uno del Instituto Integración que concluyó que el «optimismo chambeador» (por el trabajo duro) es una característica de los peruanos.
«Seguimos siendo optimistas», indicó Alfredo Torres, presidente ejecutivo de Ipsos Perú.
Entonces, ¿a qué se debe esto?
Orgullos peruanos
Los expertos creen que hay factores de coyuntura que alientan el ánimo peruano, como la «Luna de miel» que aun viven con el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, quien asumió la presidencia a fines de julio.
Esto coincide además con la expansión económica que Perú experimenta desde hace años, por encima del promedio latinoamericano.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía peruana crezca 3,7% este año y 4,1% en 2017, apoyada por el aumento de la actividad minera y la mayor inversión pública.
Mientras tanto, Latinoamérica toda se contraerá 0,6% en 2016 y tendrá una magra recuperación de 1.6% en 2017 según el FMI, cuya directora gerente, Christine Lagarde, dijo en noviembre que siempre es «optimista» sobre Perú.
«Hoy día en Perú la economía no es un problema: cuando le preguntamos a la gente qué les preocupa, muy pocos mencionan el empleo o la economía, que es un tema recurrente en otros países», explicó Torres.
En cambio, los principales motivos de preocupación para los encuestados en Perú son la seguridad ciudadana y la corrupción.
Torres sostuvo que los peruanos también encontraron en los últimos años otras fuentes de orgullo, como el auge de su sector agroexportador o el reconocimiento internacional a su rica gastronomía.
«Antes el motivo de orgullo para Perú era Machu Picchu, que es una obra de hace (cientos de) años», comparó.
¿Realidad o imaginario?
Muchos peruanos también podrían percibir que su país ha mejorado respecto a su pasado más reciente de inflación por las nubes y violencia política, con atentados y bombas frecuentes.
«¿Cómo podemos ser pesimistas si comparamos nuestra situación actual con la de hace solo 20 años, en que vivíamos la crisis más grande de la historia del Perú moderno?», preguntó Rolando Arellano, presidente de la consultora Arellano Marketing, en una columna publicada hace dos años en el diario El Comercio.
Los peruanos quizá hasta encuentren motivos para confortarse comparándose con países desarrollados.
«Después de este año que hemos tenido, podemos decir que nos salvamos de una. Quizás las cosas no se ven tan mal en Perú como antes de las elecciones de Estados Unidos, por ejemplo», dijo el escritor peruano-estadounidense Daniel Alarcón
Ricardo Cuenca, psicólogo social y director general del Instituto de Estudios Peruanos, sostuvo que en el país se está instalando «un imaginario social de éxito».
«Hemos sido la estrella latinoamericana de crecimiento en la década pasada, somos aquellos que mejoramos en indicadores de educación, hemos reducido la pobreza de una manera importante: es decir, hay algunos elementos como para sentir ese optimismo, me imagino», dijo.
Sin embargo, advirtió que al mirar las cosas de cerca se ven «muchísimas desigualdades» en el país y una pérdida de intereses colectivos, que lleva a la gente a priorizar su situación personal antes que la grupal.
De hecho, la propia encuesta de Ipsos sobre el optimismo cubre a la población interconectada de Perú, que es más bien la mitad de la sociedad a la que mejor le va económicamente.
«A costa de cohesión social, hay más individualismo y esto genera esta situación optimista y este imaginario en que las cosas están mejor de lo que parece»
«Probablemente en algunos años volveremos atrás y miraremos si efectivamente se volvió estructural este imaginario de éxito que se ha ido configurando entre las personas», concluyó.
fuente.bbcmundo