Dos querellas fueron presentadas en Chile contra tres jueces de la Corte Suprema de Israel por apoyar la construcción de la valla de seguridad en Cisjordania (Judea y Samaria) y la presunta incautación de bienes de palestinos.
La Federación Palestina de Chile presentó una denuncia por crímenes de guerra contra los jueces Uzi Vogelman y Neal Hendel y el ex juez Asher Grunis, quien presidió la Corte entre 2012 y 2015. La organización alega que los acuerdos internacionales de Chile permiten demandar por crímenes contra la humanidad cometidos en terceros países.
Una mujer chilena palestina que posee tierras en el Valle del Cremisan, cerca de Belén, presentó una segunda demanda contra los jueces.
El abogado que la representa en este último caso, Nicolás Pavez, sostiene que se decidió plantear la querella en Chile, tras haberse agotados todas las vías en Israel en los últimos ocho años, que condujeron a las instancias más altas de la justicia israelí a determinar la legalidad de la valla de seguridad.
“Los jueces son, en definitiva, quienes dan el aparente sustento o amparo legal a actos que, a ojos del Derecho Penal Internacional, resultan constitutivas de crímenes de guerra y lesa humanidad”, argumentó Pavez.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Emmanuel Nahshon, manifestó que la querella es otro ardid publicitario sin bases legales de la Federación Palestina de Chile.
La comunidad palestina de Chile es una de las más grandes del mundo, conformada por 350 mil personas, entre inmigrantes y sus descendientes.
Nahshon condenó “el abuso cínico del sistema legal para promover una agenda política”, y dijo que espera que las autoridades chilenas “no le den una mano a tales abusos”.
Marcela Prieto Rudolphy, una abogada especialista en derechos humanos, expresó que no es probable que la querella tenga éxito.
“Es imposible para los fiscales hacer una investigación sobre actos que tuvieron lugar en otro país”, apuntó. “Inclusive en el caso de que se dicte sentencia, sería imposible aplicarla”.
Israel comenzó a construir la valla de seguridad en 2002 para detener la ola de terroristas suicidas que con sus potentes explosivos asesinaron a cientos de personas en sus ciudades. Israel sostiene que el vallado es necesario para mantener a raya a los atacantes islámicos palestinos. En cambio, los palestinos argumentan que la estructura constituye una toma ilegal de tierras porque se proyecta frecuentemente dentro Cisjordania (Judea y Samaria).
fuente.aurora