El ejército israelí señaló que la fuerza aérea dejó caer diez bombas de una tonelada en respuesta al incidente en el que combatientes de un grupo afiliado al Estado Islámico disparó a soldados israelíes, provocando un ataque aéreo que mató a cuatro de los militantes.
En el pasado, las instalaciones fueron ocupadas por la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (FNUOS), a lo largo de la frontera entre Israel y Siria que protegía el alto el fuego entre ambos países.
Los militantes de ISIS entrenaban en el lugar en el momento de los ataques aéreos.
Actualmente, el recinto sirvió al grupo Shuhada al-Yarmouk como base de operaciones en su ataque contra los soldados israelíes el domingo por la mañana. El ejército dijo que los ataques aéreos tienen por objeto “impedir el retorno de los terroristas a las instalaciones que constituyen una amenaza fundamental para la región.”
El primer ministro Benjamín Netanyahu se refirió al incidente en la reunión del gabinete que tuvo lugar en Haifa, afirmando que: “No permitiremos que ISIS se establezca en nuestras fronteras debido a la guerra en Siria”.
Una figura de la oposición siria dijo a Haaretz que el ataque del grupo afiliado a ISIS fue un intento de involucrar activamente a Israel en territorio sirio.
El incidente ocurrió cuando los soldados de la unidad de reconocimiento de la brigada Golani realizaban una emboscada en el lado sirio de la valla fronteriza, pero en un enclave considerado territorio israelí.
Fuente: Haaretz