Los indocumentados fueron objetivo de muchos de los ataques del candidato Donald Trump durante su campaña y ahora, como presidente electo, ha confirmado sus dichos.
Este domingo, en una entrevista con la cadena CBS, Trump ratificó sus promesas electorales de construir un muro entre Estados Unidos y México, y de realizar deportaciones masivas de personas indocumentadas.
En particular dijo que entre dos y tres millones de inmigrantes indocumentados con antecedentes judiciales serán deportados o encarcelados en los primeros días de su gobierno.
Sobre los restantes 8 millones de indocumentados que se calcula viven en el país aseguró que tomará una decisión luego de «asegurar» la frontera sur.
La preocupación por estas medidas es evidente en una ciudad como Los Ángeles, en California, donde los latinos suponen la mitad de la población.
«¿Debo vender mis posesiones? ¿Será mejor que me vaya antes de que me echen?», se preguntan algunos.
Transformar el enfado en algo positivo
«Cuando el martes por la noche llegué a casa y vi la cara de mi mamá que estaba muy preocupada y mi papá también, comprendí lo que había pasado», dice Mitzie Pérez, una joven guatemalteca que vive desde hace unos años en el sur de California.
Tanto Mitzie como sus padres son indocumentados.
El tono de voz de Mitzie es firme y refleja una gran entereza.
«Por supuesto lloré pero ahora mi actitud es más la de preguntarme qué voy a hacer, cómo voy a utilizar ese enfado y esa frustración para hacer algo positivo».
«Tengo todo que perder: mi familia, mi comunidad, todo… esa es mi motivación ahora mismo».
La joven trabaja en el Consejo Juvenil de Inmigración, que este fin de semana celebra una jornada de talleres para informar a los inmigrantes sobre los derechos que tienen.
«Indocumentado o no, tienes derechos por estar en este país y queremos que todos lo sepan», subraya.
Inquietud en la comunidad
Sin embargo, no todos encuentran todavía esa fortaleza que transmite Mitzie.
«Los teléfonos no dejan de sonar en nuestras oficinas desde el martes por la noche», expone Jorge Mario Cabrera, portavoz de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes (Chirla, por sus siglas en inglés), con sede en Los Ángeles.
No son sólo llamadas de preocupación o para pedir ayuda. También hay quien está llamando para insultar o amenazar a los activistas.
«Esto refleja la división que ha causado una campaña tan racista, tan antinmigrante como la del nuevo presidente Trump»
«Las familias están temerosas yansiosas pero también están unidas con el propósito de luchar por su futuro y por sus familias.
«Así es que es como una combinación muy interesante de temor pero también de reto hacia esta administración, porque EE.UU. no se rige como un imperio o autocracia, se rige basado en la Constitución».
«Hasta el mismo Donald Trump tendrá que obedecer y apegarse a la Constitución cuando tome decisiones sobre nuestra comunidad».
Qué decirle a estas personas
Las organizaciones como Chirla coinciden en pedir calma y les recuerdan a los inmigrantes que Trump no es todavía presidente.
«Lo primero que tenemos que decirle a la comunidad, es que no se desespere, que no tenga temor porque todavía no hay ningún cambio específico en las leyes migratorias, no han dado comienzo ni las redadas ni las deportaciones prometidas», indica Cabrera.
El representante de Chirla advierte especialmente contra el riesgo de caer presa de fraudes por aquellos notarios o abogados de inmigración que quieran ofrecerles supuestos programas de alivio que en realidad los van a perjudicar.
En el ámbito práctico, Cabrera tiene varios consejos para las familias:
- Diseñar planes familiares que incluyan dónde se van a quedar los hijos si el papa o la mamá llegasen a faltar,
- Ahorrar dinero para poder pagar por trámites migratorios o fianzas si es que la persona es arrestada.
- Tener un fondo para ayudar a los hijos con el alquiler o la comida si es que los padres no pueden proveer porque han sido detenidos.
- Conocer sus derechos: bajo la Constitución, no están obligados a decir nada cuando los agentes de la ley les hagan preguntas migratorias; no deben firmar nada a menos que entiendan qué están firmando, y tienen derecho a un abogado o contactar organización comunitaria.
«No nos vamos a ir»
Mitzie Pérez observa que las reacciones de los inmigrantes tras el triunfo de Trump son muy diversas.
Algunos necesitan hablar del tema y apoyarse en los demás para aliviar su desconsuelo.
«Otros estamos ya energéticos y les decimos a los demás que, sobre todo,necesitan encontrar un trabajo para evitar la deportación«, señala.
La madre de Mitzie trabaja en un almacén donde tanto ella como muchas otras empleadas no tienen otra opción que seguir esforzándose para sacar a su familia adelante.
«No se rindan, puede parecer todo mal pero no están solos, claro que es un revés pero no lo hemos perdido todo. Aunque estemos ya en un país que no nos quiere, vamos a quedarnos y a luchar».
fuente.bbcmundo