PACTO CON IRÁN Y TRAICIÓN A LA PATRIA DESESPERAN A CRISTINA

La denuncia del fiscal Alberto Nisman por encubrimiento de iraníes en el caso del atentado a la AMIA, a la cual se agregó el delito de traición a la Patria por presentación de Germán Moldes, fiscal de la Cámara Federal, es el asunto judicial que más preocupa a Cristina Kirchner. Más que preocuparla la desespera. Porque es con desesperación que su dispositivo de defensa está operando sin disimulo para intentar que la ex presidenta zafe de esas denuncias corrosivas y, de comprobarse ciertas, políticamente ilevantables.

Uno de los brazos de esa pinza es la maniobra grosera que intentan abogados y camaristas ultra K para que el pedido de apertura de la denuncia de Nisman –ya dos veces rechazado– sea resuelto por tres magistrados propios de la Cámara de Casación, como reveló en Clarín hace 48 horas el periodista Claudio Savoia.

La otra pieza que buscar asfixiar para siempre este asunto es la veloz decisión del fiscal de Casación, Javier De Luca, rechazando por segunda vez la posibilidad de que esa Cámara considere la apelación de Moldes contra el cierre de la causa sin disponer una sola medida de prueba. Eso hicieron ya el juez Daniel Rafecas y la sala de la Cámara Federal que integran Eduardo Freiler y Jorge Ballestero. El fiscal De Luca es un activo dirigente de Justicia Legítima.

El martes, conocidos ya estos episodios bochornosos, el presidente Mauricio Macri expresó en privado su “compromiso” con el esclarecimiento de la denuncia de Nisman contra Cristina y la violenta muerte del fiscal cuatro días después, en enero de 2015. Criticó lo hecho y sobre todo lo no hecho por la Justicia. Pero también dijo estar convencido de que los jueces deben actuar en forma “independiente” y sin sufrir presiones del poder político.

Quien escuchó estas consideraciones de Macri fue la escritora y periodista catalana Pilar Rahola, a quien el Presidente recibió en visita privada. Funcionarios del Gobierno sostienen que a Macri le resulta interesante conocer los puntos de vista de esta ex diputada, quien –entre otras– sostiene posiciones drásticas en defensa de Israel, de cuestionamiento a Cristina y de valoración de la denuncia de Nisman por el pacto con Irán.

Rahola compartió ayer un desayuno con personas vinculadas a estos casos. En una oficina a dos cuadras de la Casa Rosada se sentó a una mesa en la que estaban entre otros el fiscal de Casación Raúl Plee, el fiscal general del Crimen Ricardo Sáenz, el diputado del PRO y ex vicepresidente de la DAIA Waldo Wolf, el camarista del fuero penal económico Marcos Grabivker y Luis Czysewki, padre de Paola, muerta en el atentado a la AMIA, y uno de los dos familiares de víctimas que querellaron al ex canciller Héctor Timerman por traición a la Patria, justamente en el caso del pacto con Irán.

El consenso entre los presentes fue que esa denuncia contra Timerman, que avanza de modo firme en el juzgado de Claudio Bonadio, puede terminar siendo el cauce por donde fluya al fin una investigación seria sobre la denuncia de Nisman.

La sala IV de Casación que integran Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Juan Carlos Gemignani rechazó el martes un pedido de Timerman para frenar ese expediente. Bonadio seguirá adelante y quizás termine tomando las 50 medidas de prueba que el fiscal Gerardo Pollicita reclamó sin éxito a Rafecas.

Esos mismos camaristas de Casación son el blanco de la mencionada maniobra ultra K. Buscan desplazarlos de la decisión sobre el pedido de la DAIA de ser aceptada como querellante y abrir la investigación por la denuncia de Nisman. Esta pulseada sorda se libra en la Justicia, mientras –a juicio de los interesados en mover de una vez el expediente– la política, incluyendo al Gobierno y lo que llaman “el club de visitadores de programas de cable”, hacen declaraciones políticamente concretas pero sin tomar acciones concretas. Por ejemplo, apurar juicios políticos en el Consejo de la Magistratura.

Mientras tanto, el activismo de los defensores de Cristina entró en una zona de alta intensidad. El abogado Alejandro Rúa, integrante del CELS y ex director de la Unidad AMIA en el Ministerio de Justicia entre 2001 y 2005, conoce profundamente estos temas y es un ariete constante que opera en resguardo de la ex presidenta.

La abogada Graciana Peñafort, quizás la más aguda y eficaz de los letrados ultra K, busca resquicios por donde clavar obstáculos que frenen la investigación. Su último hallazgo fue que la DAIA no había presentado ante Casación el documento formal que le otorga poder para querellar. Dirigentes de la entidad judía lo admiten y aseguran que hoy presentarán ese papel.

Cristina, mientras tanto, filma la película de su proscripción. A caballo entre lo que denuncia como persecución política en la Justicia, y su cuestionamiento a la reforma electoral que el Gobierno negocia con el peronismo en el Congreso, intenta una vez más subirse al pedestal de víctima. Sería la forma de preparar el camino para un discreto mutis por el foro si una eventual candidatura suya, el año próximo, no cuenta con garantías razonables de triunfo.

Perder una elección es el infierno tan temido. Detrás puede estar el abismo.


Fuente:.clarin.com

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