Desde el grafiti ilegal más largo del mundo hasta las esculturas que muestran el cuerpo desnudo del candidato presidencial Donald Trump, diversas obras de arte inspiradas en la actual campaña electoral en Estados Unidos sorprenden a los aficionados en las calles y en las pantallas de sus ordenadores.
Entre los ejemplos más notables, se pueden mencionar las obras del colectivo anónimo Indecline.
Durante los últimos meses, varias de sus creaciones directamente relacionadas con la campaña presidencial han alcanzado cierta notoriedad.
Otro ejemplo relevante es el del artista gráfico SABO, quien fue definido como un «artista callejero republicano».
SABO declara que después de las elecciones ganadas por George W. Bush notó «que no había artistas alegando a mi favor o alzándose por mí, como republicano. Y entonces decidí ‘voy a hacerlo yo'».
SABO colocó imágenes de miembros del autodenominado grupo Estado Islámico en espacios públicos para criticar la inauguración de una muestra fotográfica llamada «Refugee» («Refugiados«) en una galería de Los Ángeles.
Pero esta no es la tendencia más extendida.
La mayoría de los creadores, entre ellos el artista urbano conocido como Plastic Jesus, critica las polémicas afirmaciones de Donald Trump en relación con temas como la inmigración o la seguridad nacional de su país.
Paralelamente, el artista visual Eric Yahnker ha recibido muestras de simpatía en las redes sociales por las fotos de piezas como «Trillary Clinton«, «Pierced PIety» o «Hill Yeah«.
Para el periódico estadounidense Los Ángeles Times, las campañas de los actuales candidatos a la presidencia de Estados Unidos no han generado imágenes icónicas con un impacto similar al que tuvo el cartel Hope, de Shepard Fairey, el cual acompañó a Barack Obama en 2008.
Sin embargo, algunas obras de arte han logrado llamar la atención de los ciudadanos comunes e involucrarlos emocionalmente con algunas ideas políticas.