SE HIZO MILLONARIO CON LOS POWER RANGERS Y PUEDE HACER PRESIDENTE A HILLARY CLINTON

La increíble historia del israelí Haim Saban. Expulsado de su Egipto natal, hoy es dueño de Univisión y su apoyo a la candidata demócrata puede resultar decisivo.

Haim Saban, el multimillonario presidente de Univision Communications, la compañía de medios más grande de América en idioma español, voló a Jerusalem en su jet privado el 29 de septiembre para asistir al funeral de su amigo Shimon Peres, ex primer ministro de Israel. Fue un evento donde asistieron numerosos líderes mundiales. Saban le ayudó a llegar a uno de ellos: el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Según cuenta Saban, no fue gran cosa. “Lo llamé y le pregunté: ‘Estás por ir?’” dijo, recordando su conversación con Clinton. “Él dijo: ‘Sí, voy’, entonces yo le dije: ‘yo también me voy. Necesitas que te lleve?”. Fue así que Saban pasó a buscar a Clinton y su séquito por el pequeño aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey, y volaron juntos a Israel.

Tras el funeral, Saban hubiese estado feliz de volar con Clinton de regreso a casa, pero el ilustre pasajero tuvo una mejor oferta. El presidente Barack Obama invitó a Clinton a volver con él en el Air Force One, que se encontraba esperando en el mismo lugar que el jet privado del multimillonario. Saban cuenta que Clinton miraba hacia atrás y adelante entre los dos aviones intentando decidir: “Era como, ‘¿El Air Force One o el Saban Air, Air ?’ Ok, voy en el Air Force One!”, cuenta el magnate y dice comprender la lógica decisión del ex presidente.

Chismes sobre amigos poderosos, una cantidad de diálogos difíciles de comprobar y un golpe de efecto – eso es típico de Saban, un ciudadano israelí-estadounidense de 72 años que habla cinco idiomas y es un habilidoso contador de historias, a quien su capacidad de entretener le permitió ingresar en los ámbitos más selectos de Hollywood.

“Es una de las personas más encantadoras que he conocido en toda mi vida, y es realmente gracioso”, dijo la estrella de TV y empresario emprendedor, Simon Cowell, con quien Saban desarrolló el programa de Univision, el reality show “La Banda”. El jefe ejecutivo de Disney, Bob Iger, otro amigo de Saban, asegura: “Es perceptivo y perseverante. Toda la riqueza que generó, la hizo él mismo”. Jeffrey Katzenberg, ex CEO de DreamWorks Animation, expresó el mejor halago hollywoodense para Saban: “Es fácil ser encantado por Haim. Pero por debajo de eso, es un asesino afilado como una navaja, con mirada láser, que mata sin tomar rehenes”.

Saban, quien tiene una fortuna de USD 3,700 millones de dólares, según la lista de multimillonarios de Bloomberg, tiene dos objetivos por el momento: quiere abrir la oferta de acciones de Univision en la bolsa. Él y un grupo de inversores privados compraron la cadena en USD 12,300 millones en 2007, cuando era únicamente una operadora en español, y la transformaron en una plataforma bilingüe apuntada a los televidentes jóvenes y al público multiétnico.

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Su otro objetivo es que Hillary Clinton sea presidente. Es algo que Saban, un gran defensor de Israel, calificado por el periódico Jerusalem Post como el “judío más influyente del mundo”, pretende desde el año 2004. El último verano le dijo a la cadena Bloomberg TV que haría “todo lo que fuese necesario” para asegurar la victoria de la candidata demócrata, y en esta elección él y su esposa donaron más de USD 10 millones de dólares a la campaña de Clinton.

Saban también le dio a Clinton consejos, sin que ella los solicite. Recientemente, le dijo que deje de gritar en sus discursos de campaña. “Creo que ella entendió el mensaje de algunas personas” aseguró. “Se puede ver cómo en los últimos días, sus gritos ya no están”. Saban dijo que no ve a Clinton mucho en estos días. Cuando fueron fotografiados juntos, se los puede observar con mucha confianza entre sí.

Las dos cruzadas de Saban convergen de una forma especial y le hacen recordar la etapa previa a su éxito empresarial, cuando hizo grandes apuestas que al final tuvieron resultados positivos. El pensamiento tradicional sostiene que Clinton no puede ganar si no es con el fuerte apoyo de los votantes latinos, que ayudaron a Obama a alcanzar la Casa Blanca en dos oportunidades. La compañía de Saban se jacta de ser “la puerta de la América hispana” en EEUU, alcanzando a 40 millones de personas cada mes.

Desde junio del 2015, cuando Donald Trump anunció su campaña con la promesa de construir un muro en la frontera de México y deportar a millones de inmigrantes, muchos de los cuales considera como violadores, Univision tomó partido ante la situación. Nueve días después de esos comentarios de Trump, la cadena canceló la transmisión del desfile “Miss USA” patrocinado por el republicano. Trump presentó una demanda por incumplimiento del contrario por USD 500 millones de dólares, alegando que Saban interfirió en ese show para beneficiar a Hillary Clinton. La demanda concluyó en una acuerdo confidencial.

Al mes siguiente, Trump sacó a Jorge Ramos, presentador de noticias de Univision, de una conferencia de prensa en Iowa cuando Ramos cuestionó sus políticas de inmigración e ignoró la orden de Trump de “sentarse” y “volver a Univision”. Si muchos estadounidenses no prestaban atención a Univision hasta ese momento, ese hecho hizo que todas las miradas se dirijan a esa cadena.

Desde entonces, Univision fue uno de los coorganizadores de uno de los debates demócratas para las primarias, logró el registro de 3 millones de votantes latinos y promociona un concierto en la frontera entre EE.UU. y México titulado “RiseUp As One”. La cadena aumentó su influencia mientras Saban aguarda el momento indicado para hacer su oferta pública de acciones, un proceso que duró más de lo esperado y que puede ser más favorable bajo la presidencia de Clinton que la de Trump. Saban asegura que no se entromete en la cobertura de noticias que hace Univision, pero muchos republicanos encuentran eso dificil de creer. “Él ha dicho numerosas veces que hará todo lo posible para que Hillary Clinton sea elegida”, dijo Sean Spicer, vocero del Comité Nacional Republicano. “Y tomó su palabra”.

El 10 de octubre WikiLeaks publicó una serie de emails hackeados del año 2015 donde Saban persuade a los encargados de la campaña de Clinton que hagan énfasis en la retórica “anti-latina” de Trump. En otro mensaje, Saban escribe: “Yo NUNCA le digo al departamento de noticias lo que deben cubrir…como hacen algunos de mis colegas”.

Saban vive en una de las áreas más exclusivas de Los Angeles, en lo alto de Beverly Hills, en una colina con un largo camino de acceso, arbustos esculpidos a su alrededor y fuentes que llevan a su residencia señorial. Hace pocos días, se sentó en una larga mesa en la oficina de su casa, bebiendo un capuccino con pastelería de Oriente Medio, con pantalones negros, sin medias y unas pantuflas negras en sus pies. Su pelo negro peinado hacia atrás le cae sobre el cuello. En las paredes de colores crema, las decoraciones son algunas fotos de Saban con líderes mundiales. También hay un poster de la clásica película de Mel Brooks “Los Productores”, con la frase: “Si lo tienes…¡osténtalo!”. Como muchos televidentes de Univision, Saban, que habla inglés con un acento duro, tiene su propia historia como inmigrante:

Nació en Egipto, en 1944. Cuando tenía 12 años, su familia se vio forzada a dejar su país luego de que el presidente Gamal Abdel Nasser echara a todos los judíos. Saban y su familia terminaron viviendo en un cuarto cerca de la estación de ómnibus de Tel Aviv. Sirvió en el Ejército de Israel, donde dice que peleó dos guerras y que era el encargado de la basura y la disciplina. “Lo sé”, dice, “estás mirándome y pensando, ‘¿Tú estabas a cargo de la disciplina? Sí, yo lo estaba’” (No es tan difícil de creer).

Mientras estaba en la milicia, Saban entró al negocio de la música. Habló con una banda local para que se deshicieran de su bajista y él tomara su puesto, incluso sin saber tocar el bajo ralmente. Saban tocó con su amplificador apagado hasta que su experiencia musical aumentó. Al tiempo, se transformó en el manager de la banda, los llevó a Londres, donde firmaron con PolyGram Records. Volvió a Israel, donde se encargó de producir otras bandas y aprender sobre publicidad. Fue de París a los EE.UU, donde la producción musical lo llevase, hasta que se metió en el negocio de los dibujos animados.

Durante su visita a Japón en 1984, miró como la TV mostraba superhéroes adolescentes vestidos con colores. Para los ojos estadounidenses, podría haber parecido una basura que daría convulsiones. “Pensé que era brillante”, dijo Saban. “¿Jóvenes vestidos con calzas de colores luchando contra monstruos de goma? Suena hermoso. Y era así. Quiero decir, amé esa idea. No sé por qué”. Entonces, decidió llevar ese show a EE.UU, y lo llamaría: Mighty Morphin Power Rangers. Pero cuando se lo mostró a los ejecutivos de la compañía, lo trataron de “trastornado” y le preguntaron “¿Por qué demonios tirarías a la basura tu reputación con esta porquería?”.

Saban intentó vender el show en Hollywood durante años hasta que un día tuvo una reunión en su oficina con Margaret Loesch, en ese momento la directora de Fox Kids. Ella le dijo a Saban que necesitaba un show para las mañanas. Loesch recuerda que Saban dijo “aguarda un momento”, y luego “corrió hacia la otra sala y trajo un videocasette de los Power Rangers”. Loesch le dijo a Saban que eso era perfecto y gastaron unos USD 100,000 dólares en la realización del piloto de 18 minutos, que fue testeado en Burbank por un grupo de chicos a los que se les dio un selector: lo debian colocar a la izquierda cuando no les gustaba algo y a la derecha cuando les gustaba. “Y adivinen qué?”, dice Saban, “el selector estuvo a la derecha durante todo el show”. Loesch le dijo que nunca vio algo así en sus 20 años de experiencia. Power Rangers se volvió un suceso desde su debut en 1993. Saban recuerda que al poco tiempo Fox movió a los Power Rangers a las tardes, donde su rating subió aún más.

Luego de eso, el presidente de News Corp, Rupert Murdoch, intentó comprar el producto y él le dijo: “Bubbie, olvidate de eso. No me interesa tu dinero. Hagamos una asociación. Tú pones la cadena y yo pongo el contenido”. Juntos formaron Fox Kids Worldwide, una compañía que compitió con Viacom’s Nickelodeon y Cartoon Network.

El rápido proceso para lograr que la cadena llegara muchos hogares buscó renombrar un canal ya existente. Saban eligió el canal evangelista Family Channel, pero el dueño de ese canal, Pat Robertson, no estaba interesado. Saban y su socio fueron a cenar con Tim Robertson, el hijo del empresario tele-evangelista: “Durante la cena le hablé como un miembro de la comisión directiva de Fox, aún cuando no lo era.” y le dijo: “Te podemos dar películas, shows de televisión. Abriremos las bóvedas para ustedes”. Al final, la familia Robertson terminó vendiendo el Family Channel a Saban y Murdoch en USD 1,900 millones. “Aleluya! Dios bendiga al Señor”, dijo el empresario israelí.

El canal se renombró a Fox Family Channel pero nunca logró vencer a Nickelodeon, por lo que en el año 2001 vendieron nuevamente el canal, que luego se transformaría en ABC Family.

Como multimillonario, Saban usó su dinero en diferentes causas y candidatos, cosechando grandes amistades. Políticamente, está del lado de Israel, de los derechos de aborto, de la salud pública para todos. En 2002, él y su esposa, Cheryl, asistieron a una presentación de Terry McAuliffe, en ese momento jefe del Comité Nacional Demócrata, en la casa de los Clinton en Washington. McAuliffe lamentó que los republicanos tuviesen un mejor “cuartel central” que ellos. Entonces Saban les dio USD 7 millones de dólares para comprar un nuevo edificio. El mismo año, Saban se contactó con Martin Indyk, el embajador de EE.UU en Israel bajo la administración de Bill Clinton, y le dijo que quería crear un “think tank” sobre Oriente Medio, el cual hoy se llama Center for Middle East Policy.

En el año 2003, él y un grupo de inversores ganaron una subasta por ProSiebenSat 1 Media, una compañía alemana de televisión que Saban describe como el equivalente a la unión de ABC, CBS y CNN. Saban se enteró que el trato estaba cerrado mientras visitaba el campo de concentración nazi de Dachau. “Estaba parado en el crematorio, y el teléfono empezó a vibrar en mi bolsillo”, recordó. Fue hacia afuera para tomar la llamada. Saban y sus socios habían logrado comprar la compañía en 3,000 millones de dólares. Cuatro años después, la vendió en un precio aún mejor: USD 8,000 millones.

En 2006, Saban prestó testimonio frente al Senado de EE.UU sobre cómo él y otros empresarios millonarios utilizaron un paraíso fiscal para evadir impuestos. Manejó la situación con la sutileza que siempre lo caracterizó y alegó ignorancia: “Yo no soy un abogado ni un experto en impuestos. De hecho, mi educación formal finalizó cuando terminé la escuela secundaria”.

Luego de eso, él y algunos de sus socios compraron Univision. Es la cadena de televisión más popular entre hispanos estadounidenses, el sector étnico que crece con mayor velocidad en el país, que devora novelas en el prime time, dramas sobre la vida rural mexicana. Muchos shows son producidos por Televisa, la compañía más grande de México.

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Univision logró un lazo genuino con su audiencia, muchos de los cuales son nuevos inmigrantes. A diferencia de los televidentes que hablan inglés, quienes suelen usar DVD y no prestar atención a las publicidades, los hispanos tienden a ver televisión en vivo. Parecen creer en Univision más que en el propio gobierno de EE.UU.

“Nos llaman para preguntar a qué colegio deben llevar a sus hijos, cuáles son los mejores hospitales para enviarlos cuando están enfermos” explica Randy Falco, el CEO de Univision. “Incluso nos llaman cuando sus casas se prenden fuego”.

Si la importancia de los medios latinos parece obvia hoy, Saban tiene el crédito de haberlo visto una década atrás. Algo similar ocurre con su curva de interés en las aspiraciones presidenciales de Hillary Clinton. El la impulsó en el 2004 para que ingresara en la carrera. Ella tuvo ciertos reparos y por eso perdió en las primarias del 2008 con Obama. Saban quedó devastado, y se negó a firmar cheques para la campaña general de Obama, “Me tomó unos años sanar, porque soy un apasionado de Hillary”, dijo.

Las cosas no fueron mucho mejor en Univision. Cuando la crisis financiera del 2008 golpeó al mercado de la publicidad, y Univision perdió 3.700 millones de dólares. Mientras tanto, Televisa, su principal proveedor, pensaba que Univision le pagaba de menos, y llevó su pelea a la justicia. Saban, finalmente, persuadió al CEO de Televisa, Emilio Azcárraga, no sólo de extender el acuerdo hasta el 2020 sino de que la cadena mexicana contribuyese con USD 1.200 millones de dólares a cambio del 5% de la empresa. “Haim Saban es uno de los más persistentes e inteligentes negociadores que he conocido”, dijo Azcárraga en un comunicado. Y como muchos otros, remarcó el carisma de Saban y su “gran sentido del humor” para concluir: “No sólo nos volvimos socios, también grandes amigos”.

Saban pasó los años siguientes intentado expandir sus compañías. Univision creó otras estaciones como Univision Deportes y Univision Telenovelas. En 2013, anunció la unión con Disney para crear Fusion, una cadena de cable para hispanos que hablan inglés. Univision aporta sus programas y Disney la ventas comerciales. Pero la premisa de Fusion fue defectuosa. En focus groups, los jóvenes latinos dijeron que “no querían ser tratados como una tribu”, reconoce Isaac Lee, el jefe de noticias y entretenimiento de Univision. “Ellos tampoco querían que los contenidos sean sólo para ese público”. La cadena cambió su objetivo hacia una audiencia denominada “millennials multiculturales”. Disney se bajó del proyecto el año pasado y Fusion, que perdió USD 64 millones de dólares en los primeros tres años, todavía no fue incorporado por Comcast, el operador de cable más grande del país.

Univision también perdió algo de su fuerza con la programación. Su audiencia promedio en el prime time pasó de 3,6 millones de personas en 2012/2013 a 2 millones, tres años después, según Nielsen. Su audiencia parece cansada de la oferta “pastoral” de Televisa. “No quiero ver novelas con haciendas”, dice Lisa Torres, líder de la agencia de publicidad Publicis Media. “No sé lo que es una hacienda. Nunca estuve en una. No sé cómo criar caballos y no es ese mi estilo de vida”. Los jerarcas de Univisión y Televisa se reunieron en Ciudad de México a comienzos de octubre para analizar cómo hacer mejores shows.

Saban concentró sus nuevas adquisiciones en el mercado digital, para reforzar la audiencia de internet de Fusion Media Group, formada recientemente para dirigir sus compañías de televisión y emprendimientos web. El último año, Univision compró The Root, un sitio web que apunta a los afroamericanos y cofundado por el profesor de Harvard Henry Louis Gates. En enero, compró el imperio satírico The Onion. Y en agosto ganó una subasta por Gawker Media, cuyo principal sitio fue conocido por sus escabrosos escándalos, uno de los cuales lo llevó a la Justicia y la bancarrota. El fundador de Gwaker, Nick Denton, dijo estar “agradecido” a Univision por “levantar los pedazos de la compañía”. “Hipsters y latinos”, aseguró al referirse a la unión de las compañías, “los dos grupos demográficos más grandes y crecientes de EEUU”.

Univision planea crear shows de TV alrededor de los sitios web que adquirió recientemente. “Al final, serán todos, pero debemos comenzar con el más importante”, asegura Lee. “Una de las propiedades de Gwaker se llama Kotaku y es sobre videojuegos. El fanatismo que hay dentro de la comunidad latina/hispana en ese área es una locura”. Sostuvo que cuanta más audiencia afroamericana, hispana y de otros grupos pueda alcanzar Fusion, más presión podrá hacer sobre Comcast para que lo incuya en su grilla.

No todos creen que la estrategia de Univision sobre los millennials, independientemente del lenguaje, sea efectiva. Varios analistas sospechan que Saban intenta justificar su rentable pero tremendamente endeudado proyecto para llevar a Univision a la bolsa. “Están intentando subirle el precio al doble”, dice Harold Vogel, analista de medios neoyorquino. “Intenta que sea fresco e irreverente para atraer al mercado. Y yo digo, esperen un minuto, no hay nada ahí”.

Si Saban y sus socios llevan a Univision al mercado -la compañía notificó a la SEC (la agencia federal que regula el mercado de valores) su intención peor todavía no fijó la fecha- puede que ya tenga un comprador para parte de su paquete de acciones. El último año, Univision reveló que tiene un plan para habilitar a Televisa, que ahora posee el 10% de la compañía, para incrementar su posición hasta el 40%. Eso requerirá la aprobación de la Comisión Federal de Comunicaciones, que debe revisar cualquier propuesta de elevar la participación accionaria extranjera en un medio de EEUU cuando supera el 25%. Para lograr esto, Saban necesita de un gran apoyo en la administración de Washington. “Hillary es la indicada para permitir la expansión de cualquier compañía con dueños extranjeros en comparación con Trump”, asegura el analista de medios Porter Bibb. “Si Trump ganase la elección, Jorge Ramos estaría realmente abandonado a su suerte. Creo que Trump probablemente hasta lo prohibiría de cualquier cadena del aire”.

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Es difícil de estimar la influencia del conductor principal de noticias de Univision sobre la comunidad hispana. Años atrás, cadenas de habla inglesa tuvieron icónicos presentadores como Walter Cronkite y David Brinkley, cuyas declaraciones influyeron en millones de personas. Sus contrapartes modernas no son realmente tan poderosos, pero en el mundo hispano de los medios hay mucha gente que continúa viendo televisión en vivo, es diferente. “Jorge Ramos es uno de los periodistas más queridos” dice Torres, de Publicis Media. “Quiero decir, es nuestro Walter Cronkite”.

Ramos, cuya hija trabaja para la campaña de Clinton, asegura que él es tan sólo un periodista que pregunta sobre cuestiones inmigratorias.Se define como un “cruzado” en esas cuestiones. “Si uno tiene un candidato como Donald Trump, que es racista con los inmigrantes mexicanos, no podemos mantenernos en silencio, pasivos como periodistas” afirma. “Vimos algunas semanas atrás que el L.A. Times, Washington Post, New York Times y Politico decidieron llamar a Donald Trump ‘mentiroso’”, afirma, “pero nosotros lo habíamos hecho ya en agosto de 2015”. En una columna, Ramos advirtió que aquellos que no tomaban una posición con respecto a las transgresiones de Trump serían juzgados en el futuro por estar del “lado incorrecto de la historia”. Lo que Ramos desde un principio, fue visto por otros como una señal de que el periodista ya no era objetivo en esta elección.

Jorge Bonilla, escritor de MRC Latino, partidario conservador y analista, percibe en los medios de habla hispana una tendencia liberal y considera a Ramos como un problema más amplio de Univision. “Cuando uno ve las entrevistas blandas que le hizo a Hillary Clinton en los últimos años y las declaraciones públicas de Haim Saban, es evidente que la cadena está comprometida con la elección a favor de Clinton”.

“Apoyo a Hillary, pero no le digo a este tipo (Ramos) qué debe decir. Ustedes saben, él dice lo que quiere”, asegura Saban. Las encuestas dicen que hay un 80% de probabilidades de que Clinton gane la Casa Blanca. Eso significa una gran oportunidad para que Univision salga a la bolsa.

En su casa de Beverly Hills, Saban asegura que no busca nada personal en caso de que Clinton sea electa, ni siquiera la oportunidad de ser un canal de comunicación entre la Casa Blanca y el gobierno de Israel, como muchos especularon. “Te diré exactamente lo que quiero”, dijo. “Y nadie en el mundo, sea presidente de EEUU o primer ministro de Israel, puede dármelo, solo yo puedo obtenerlo. Yo sólo quiero ser Haim Saban. Eso es todo. No quiero cambiar nada en mi vida”.

Fuente:infobae.com

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