El primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, rechazó la participación de Turquía en la ofensiva que las fuerzas iraquíes y kurdas llevan a cabo en torno a Mosul, último gran feudo del Estado Islámico (EI).
Al Abadi negó que fueran correctas las informaciones que se publicaron sobre un eventual acuerdo entre Bagdad y Ankara en relación a un papel turco en la operación.
Estas informaciones coincidieron con una visita a la capital turca del secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, que se encuentra en Bagdad, donde se reunió con el primer ministro iraquí.
Al Abadi subrayó que “la batalla de Mosul es iraquí y quienes la están llevando a cabo y la lideran son iraquíes”.
Aseguró que sus fuerzas liberarán la ciudad del Estado Islámico “próximamente” y que “no van a permitir a cualquier fuerza intervenir” en la ofensiva.
Al Abadi insistió en que no hay fuerzas terrestres extranjeras que estén luchando en territorio iraquí.
“Los turcos quieren participar, se lo agradecemos, pero este asunto (la ofensiva) lo vamos a tratar los iraquíes. Si Irak necesita ayuda, se la pedirá a Turquía y a otros países en la región”, precisó.
Por su parte, Carter dijo que Estados Unidos coopera con Irak desde hace años y añadió que Washington ayuda en la batalla de Mosul “a través de la coalición internacional” que lidera.
Agregó que todos los países ayudan a Irak y respetan su soberanía.
“La batalla de Mosul es decisiva y todos tenemos que apoyarla. Asimismo, tenemos que pensar en el periodo después de la liberación”, indicó Carter, quien añadió que tendrá que estar orientado a “alcanzar la estabilidad”.
Carter llegó a Bagdad procedente de Ankara en una visita sorpresa, que se produce en el comienzo de la ofensiva de las fuerzas iraquíes y kurdas sobre Mosul.
En su viaje a Ankara, Carter señaló que EEUU quiere contar con Turquía en las operaciones contra el Estado Islámico, si bien aún se elaboran los detalles de esta participación.
El punto más polémico en las relaciones turco-estadounidenses es el rol de las milicias kurdas YPG en Siria: para Washington son su más firme aliado en la lucha contra el Estado Islámico y, para Ankara, una organización terrorista, por sus vínculos con la guerrilla kurda de Turquía, el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK). EFE ,Aurora