Sin duda, entre México y Venezuela prevalece un genuino sentimiento fraternal. Imposible permanecer indiferentes con respecto al inframundo al cual se han ido deslizando los venezolanos a partir del régimen populista de Hugo Chávez y acelerado con el inepto gobernante de pacotilla Nicolás Maduro.
Los días para comprar alimentos –escasos y caros– son aleatorios, es decir, los días coincidentes con la terminación 2 de mi número de cédula –equivalente al hoy no circula alimenticio– me levanto a las 3 am para formarme en fila una hora posterior, con intención de conseguir comestibles básicos como leche y una paca de pan, además de pañales para el bebé; por cierto, a falta de fórmula –por lo regular– requerimos mezclar agüita con arroz. Permanezco cerca de 4 horas en la fila hasta finalmente, sin saber a bien si el camión con los productos ya llegó o debo seguir esperando, ignorando el contenido del mismo. Debo señalar el peligro físico que entraña salir de madrugada con efectivo, es más, cargar alimentos ya también conlleva un serio riesgo. El instinto de sobrevivencia ha hecho que se formen grupos de trueque. Asimismo, proliferan los llamados bachaqueros, los cuales se forman en la fila por víveres junto con otros familiares, portando su correspondiente cédula, para realizar las posibles compras y revender los productos hasta en seis veces su valor. Los hospitales carecen de lo indispensable, para ser atendido es necesario llevar los medicamentos, gasas y material indispensable. El agua embotellada en galones se ha vuelto inaccesible, por lo que grupos de personas suben al cerro El Ávila a extraer agua de la tubería del manantial, haciendo fila por varias horas. Un pasaje de avión hacia México cuesta 600 mil bolívares, el equivalente a 800 dólares, cantidad suficiente para adquirir un coche. PDVSA, la empresa petrolera estatal, es dirigida por elementos de la milicia –graciosa concesión a cambio de respaldo– entre quienes destaca personal cubano. Expresarse contra Maduro públicamente es motivo de cárcel. Maduro es protegido por cinco anillos de guardaespaldas, los integrantes del primer anillo son cubanos.
En tres años de gestión, Maduro ha convertido a Venezuela en el país con mayor inflación, miserable y caro de América Latina y a Caracas en la ciudad más violenta del mundo. La obstinación y nula capacidad de autocrítica de Maduro encuentra a diestra y siniestra conspiraciones, injerencias, agresiones mediáticas y diplomáticas, amenazas y planes de derrocamiento. De acuerdo con Hercon Consultores, 78% de venezolanos está a favor de la renuncia o referendo revocatorio al presidente Maduro. La Ley de Amnistía y Reconciliación aprobada por el opositor Congreso venezolano fue declarada inconstitucional por el incondicional Tribunal Supremo de Justicia. La Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha entregado la excedida cantidad de 1.8 millones de firmas al Consejo Nacional Electoral para activar el referendo revocatorio a Nicolás Maduro. El gobernante partido PSUV en táctica dilatoria, manifestando la presunción de fraude advirtió: Vamos a verificar firma por firma, nombre por nombre. Posteriormente, de ser superado este atorado trámite, para convocar al referendo revocatorio, la MUD deberá recabar cerca de cuatro millones de firmas en tres días.
Maduro contraatacó declarando un nuevo Estado de excepción y emergencia económica, asumiendo facultades extraordinarias sobre empresas, servicios y acciones militares. La opositora Asamblea Nacional rechazó dicha medida y el excandidato presidencial Henrique Capriles llamó a la ciudadanía a no acatar dicho decreto. “Si quieren imponer el decreto tendrán que sacar los tanques.”
Maduro, acostumbrado a dirigirse con insolencia a todo país o persona que difiera de la Revolución Bolivariana, tanto le picó la cresta a Luis Almagro, secretario general de la OEA –Señor Basura con perdón de la basura, traidor, agente de la CIA–, que en 68 años de historia del organismo por primera vez su titular responde: “Negar la consulta al pueblo te transforma en un dictadorzuelo más, como tantos que ha tenido el Continente. No soy agente de la CIA, y tu mentira, aunque repetida mil veces, nunca será verdad… No soy traidor ni de ideas ni de principios, pero tú sí lo eres, traicionas a tu pueblo y a tu supuesta ideología, con tus diatribas sin contenido… Nunca podrás devolver la vida a los niños muertos en los hospitales por no tener medicinas, nunca podrás desanudar de tu pueblo tanto sufrimiento, tanta intimidación, tanta miseria, tanto desasosiego y angustia”.
Advertimos que Nicolás ya se pasó de Maduro.
Fuente: Excelsior – José Rubinstein