Los números hablaron y la falta de mayoría calificada en la Cámara de diputados hizo que la reforma eléctrica de México tan arduamente defendida por su presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no vaya a ver la luz tras ser rechazada el domingo.
La propuesta de su partido, Morena, apostaba por «fortalecer» la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para devolverle el dominio en la generación y venta de electricidad hoy controlada en el país por empresas privadas.
Sus críticos, sin embargo, señalaron que la reforma crearía un monopolio estatal y afectaría a la libre competencia, además de dañar al medioambiente al dar prioridad a plantas más contaminantes respecto a las productoras de energías renovables.
El resultado de la votación era previsible, dado que Morena y sus aliados no cuentan desde el año pasado con el apoyo de dos tercios de la Cámara necesario para este tipo de reformas. Aunque en los últimos días aseguró que asumiría alguna de las contrapropuestas de sus partidos rivales, esto no fue suficiente para la oposición, que frenó la iniciativa.
Por eso, adelantándose a este resultado, AMLO ya anunció la semana pasada su «plan B» respecto a una de las propuestas de la reforma eléctrica rechazada: la de regular que el litio mexicano, un mineral clave para la fabricación de baterías y apodado «el oro blanco», sea explotado únicamente por el Estado.
Así, el mandatario adelantó que el blindaje al litio nacional estará igualmente garantizado con una reforma a la Ley de Minería -que solo requiere de una mayoría simple en el Congreso que sí reúnen Morena y sus aliados- y que este lunes fue aprobada en la Cámara de diputados antes de pasar al Senado.
«Esto apenas comienza», dijo AMLO en su conferencia matutina de este lunes.
Litio sin concesiones a particulares
AMLO remarcó este lunes la importancia del litio, fundamental para las baterías de dispositivos electrónicos o autos eléctricos. «No saben (…) la ambición que despierta en las grandes potencias porque es un mineral estratégico para el desarrollo del futuro», declaró.
La reforma estipula que «la exploración, explotación y aprovechamiento del litio estarán exclusivamente a cargo del Estado», que será patrimonio de la nación y «se reserva para beneficio exclusivo del pueblo de México» por lo que «no se otorgarán concesiones, licencias, contratos, permisos, asignaciones o autorizaciones en la materia».
Como justificación, el texto destaca que «la minería en México ha representado en los últimos 30 años, como nunca en la historia de México, la sobreexplotación de los yacimientos mineros a favor de intereses particulares, principalmente extranjeros».
Una de las mayores polémicas causadas es saber precisamente qué ocurrirá con las empresas que ya se encuentran explotando litio en territorio mexicano, aunque AMLO fue muy tajante al respecto hace unas semanas al asegurar que su gobierno no permitirá a extranjeros continuar con esta labor aunque tengan concesiones previas.
En concreto, se refirió a la empresa británica con capital chino Bacanora Lithum, que actualmente tiene permitido explotar el mineral en el estado de Sonora, en el noroeste del país, donde se estima que hay uno de los yacimientos más grandes del mundo.
«Cuando se entregaron esas concesiones, no era litio, era para la explotación de minerales y el litio es otra cosa. Es un mineral estratégico y es de la nación, no es como el oro, no es como la plata, no es como el cobre, es otra cosa», declaró AMLO.
Similitudes con Pemex
Para la nacionalización del litio, la reforma contempla que «un organismo público descentralizado» se encargue de su exploración, explotación y aprovechamiento del mineral.
«El gobierno mexicano hace bien en proteger el litio. No se puede dejar a la deriva un bien nacional que puede apoyar el crecimiento del país si se aprovecha bien. El tema es que no aprendimos de las fallas que se han tenido con [el modelo de explotación] de Pemex [la estatal Petróleos Mexicanos]», dice Francisco Ortiz, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana de México.
«Todo lo hacemos con Pemex: exploto, transporto, vendo… y a lo largo de los años nos hemos dado cuenta de que se ha creado una súper empresa ineficiente con miles de millones de dólares de deuda», cuestiona el experto, quien apuesta en su lugar por que sí se otorguen concesiones «restringidas y controladas» en algunas áreas del proceso del litio.
«Plantearlo como ‘te voy a quitar tu negocio’ no funciona. No puedes ahuyentar a tus posibles clientes o socios (…). Hay que dejar para el Estado recursos que no tiene necesidad de invertir en esto. Si tienes una riqueza, deja que te dé dinero; la idea no es que tú le estés pagando a la riqueza como ocurre con Pemex», reflexiona.
El año pasado, AMLO declaró que el gobierno mexicano estaba siendo asesorado por Bolivia -que también optó por mantener fuera la inversión extranjera sobre la explotación de litio- debido a su experiencia en el uso del mineral.
Según explico al sitio web Open Democracy el académico Carlos Aguirre, del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana, Bolivia tiene una empresa estatal productora de litio, pero su esquema legislativo no es muy diferente al de Chile y Argentina, que sí permiten inversión o coparticipación de empresas privadas.
Esto, según el experto, es lo que ha posicionado a los dos países del Cono Sur como principales productores de litio en el mundo, lo cual no sucede con Bolivia pese a tener mayores reservas, por lo que también defiende que México adopte un modelo de concesiones, vigilancia y control de la labor de inversionistas.
«Un acto de traición»
Mientras la reforma de la Ley de Minería respecto al litio sigue su curso, lo que aún resuena en el debate político mexicano es el rechazo a la propuesta energética del gobierno, lo que algunos han calificado como una de las mayores derrotas sufridas por AMLO en su gobierno y un duro golpe para su mandato.
El presidente, quien descartó este lunes volver a enviar una iniciativa de reforma eléctrica en lo que le queda de presidencia hasta finales de 2024, calificó la votación por parte de la oposición como «un acto de traición a México».
«Creo que es un triunfo para la democracia, para demostrar que vivimos en un auténtico Estado de derecho, que no hay un presidente autoritario, que no hay corrupción, que se garantizan las libertades», dijo.
«Y que es un triunfo también para la política, porque se avanza en el combate a la simulación. Es espléndido un momento así, donde los que se dicen representantes populares votan por Iberdrola. ¿Cuándo se va a volver a ver una cosa de ese tipo? Entonces, es un momento estelar», añadió con ironía.
Lo ocurrido fue histórico, dado que desde que perdiera la mayoría calificada en el Congreso el año pasado, esta fue la primera vez que dicha cámara no aprobó una reforma constitucional del presidente.
«Fíjense las lecciones tan importantes. Primero, que llevaba mucho tiempo en que una iniciativa del presidente se rechazara así, de ese nivel. Y lo segundo es que no hubiese de parte del gobierno intención de comprar a nadie; también es histórico», aseguró.
«Una escenificación»
Algunos analistas, sin embargo, descartan que este resultado adverso para AMLO vaya a afectar negativamente a su imagen y consideran que sabrá sacarle provecho de aquí al final de su mandato.
«Es un duro golpe autoinflingido, porque él sabía que no había forma que tuviera los votos. Si hubiera tenido esa fuerza en el Congreso, lo habría votado antes. Es una derrota legislativa, pero de empate político para él», resume Luis Antonio Espino, consultor de comunicación.
El analista, autor del libro «López Obrador: el poder del discurso populista», justifica su teoría en el hecho de que «el presidente vive en el conflicto, es su forma de hacer política».
«Lo que puede parecer irracional (avanzar la iniciativa pese a saber que iba a ser derrotado) toma lógica si vemos que lo que quería era hacer una escenificación ante sus seguidores», opina.
Así, con este resultado adverso, «gana legitimidad entre sus bases, renueva esa promesa de intentar los cambios que el país en su opinión necesita, y para eso le sirve esta derrota como instrumento: para decir que él deseaba un cambio radical en materia eléctrica, pero no fue posible debido a los intereses y resistencias de quienes él considera enemigos».
Por el momento, AMLO centra sus esfuerzos en la reforma de la Ley de Minería que salvaría en parte su objetivo de transformación energética más profunda para el país.
«Vamos a proteger el litio de México, el litio de nuestra generación y de las generaciones futuras, de nuestros hijos y de nuestros nietos», prometió este lunes.
* Con reportería de Dario Brooks.
fuente:bbcmundo