«Eran las 6 de la tarde. De pronto nos cubrió una nube negra de ocho, diez kilómetros de ancho. No se podía ver de lo negra que era. Pensamos que era la plaga de Moisés».
Así describió el campesino boliviano Clemente Méndez la invasión de langostas que obligó al país a declarar la emergencia fitosanitaria en el departamento oriental de Santa Cruz.
Este viernes, las autoridades comenzarán a fumigar un cordón de unas 33.000 hectáreas alrededor de la zona más afectada, en los municipios de Cabezas, El Torno y La Guardia, en el Chaco Boliviano.
La idea es contener a los insectos y que no sigan avanzando a otras partes de Santa Cruz, departamento que produce cerca del 80% de los cultivos que se consumen en Bolivia.
Se estima que desde que empezaron a llegar hace dos semanas, las langostas destruyeron unas 1.200 hectáreas.
Primero la sequía, ahora…
La finca de Clemente Méndez, de unas 10 hectáreas, fue una de las tantas arrasadas.
Perdió casi el 80% de su producción de maíz y maní: «Hace tres años que estamos con pérdidas, primero fue la sequía y ahora llegó la langosta«.
Méndez cuenta que cuando llegaron los insectos «no se podía caminar, las langostas se te pegaban al cuerpo».
La invasión generó temor y preocupación pero no pánico. «Habíamos visto en las noticias cuando la plaga llegó el año pasado a Argentina, así que sabíamos lo que era», relató.
El combate
Un comité intergubernamental creado el año pasado para lidiar con otra plaga del campo coordinó las fumigaciones e informó a los campesinos de la zona sobre cómo cuidarse de los agroquímicos, que son rociados por aire y tierra.
El secretario de Desarrollo Productivo de la gobernación de Santa Cruz, Luis Alberto Alpire, aseguró que las fumigaciones no son dañinas para la salud.
«No son nocivas para los humanos porque no afectan a los animales de sangre caliente», señaló.
Alpiro destacó que el gobierno nacional destinó US$800.000 para combatir la plaga.
Sin embargo, no será una tarea sencilla.
«En Argentina, el año pasado la langosta afectó a unas 700.000 hectáreas», resaltó.
¿Qué es este insecto?
Richard Trujillo, gerente técnico de Anapo (Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas) describió desde el terreno cómo es la invasión de langostas.
«Son millones de insectos, de unos 8-10 centímetros, que se mueven como en una nube», señaló a este medio.
Por su parte, Méndez ilustró la magnitud del problema.
«Ya hemos logrado matar a unos tres millones de insectos y sin embargo es un porcentaje mínimo del total», aseguró.
El campesino, padre de cinco hijos, confesó sentir inquietud ante las fumigaciones, que continuarán durante los próximos días en forma de anillo alrededor de las zonas más afectadas.
«Me preocupa pero ¿qué más voy a hacer? Nadie más va a dar de comer a mí o a mis hijos, dependemos de nuestros cultivos», afirmó.
fuente:bbcmundo